Recuperar el peso tras el embarazo y eliminar la tripa postparto suele ser algo que nos preocupa a la mayoría de las madres. A todas nos gusta vernos bien y reconocernos en la imagen que nos devuelve el espejo cuando nos miramos en él.
El embarazo cambia mucho el cuerpo de la mujer y casi me atrevería a decir que marca un antes y un después ya que, tras una gestación, es difícil volver a verse como antes. En algunas ocasiones los kilos de más nos acompañarán siempre y en otras será la flacidez de los músculos y la piel o las estrías.
Yo me siento tremendamente orgullosa de mi cuerpo que ha dado vida en tres ocasiones. No me tapo ni oculto las marcas que los embarazos han hecho en él, pero eso no quita que haya algunas cosas que quiera mejorar y que me guste verme y sentirme bien. Por eso, quiero compartiros el plan que he seguido para recuperarme tras mis embarazos, porque aunque la genética pesa mucho (y en este caso, me siento muy bien tratada por ella), también hay que esforzarse y trabajar varios aspectos para volver a verse como antes.
Mi experiencia con el peso durante el embarazo
He llegado a la conclusión en propias carnes de que cuidar el peso durante el embarazo es la principal clave para una buena recuperación posterior.
Y os lo digo yo, que he engordado 19, 21 y 30 kilos en los embarazos de mis hijos. Tengo tendencia a engordar porque el embarazo me produce unas náuseas y un hambre tan atroz que llego a ingerir el triple de comida que lo que ingiero en mi vida diaria. A este hambre incontrolable se une un gran estado de ansiedad que sólo mitigo comiendo por lo que, como siempre he partido de muy poco peso y los valores de azúcar los he tenido en las tres ocasiones rozando el límite inferior, erróneamente o no, jamás me han controlado la alimentación.
Sin embargo, esto complica mucho la recuperación del peso porque tras dar a luz te encuentras con que, como mucho, has perdido 7-8 kilos: ¿qué pasa con los 20 kilos que sobran? Pues, simplemente, se van perdiendo; poco a poco, con dieta y ejercicio.
Dieta saludable después de dar a luz
Tras los excesos en la alimentación durante el embarazo toca comenzar con la dieta, aunque si estás en periodo de lactancia no es buen momento para introducir cambios en tu alimentación a no ser que esté supervisado por un buen especialista.
En mi caso, como nunca he comido mal, se trataba simplemente de reducir cantidades. Durante algunas semanas pasé hambre. Mucho. Y no porque las cantidades que ingería quedaran reducidas a lo absurdo, ¡ni mucho menos!, sino porque cuando has comido el triple durante meses, tu estómago se ha acostumbrado a eso y reducir las cantidades se hace difícil al principio.
Busca ayuda profesional si la necesitas
Si, por el contrario, consideras que tus kilos de más vienen dados por una mala alimentación, no debes perder tiempo en corregirlo. Elimina fritos, grasas saturadas y azúcares y eleva el consumo de vegetales, frutas y legumbres. ¡Notarás un cambio espectacular en poco tiempo!
Con mis tres hijos, además, tuve que hacer dieta exenta de leche y productos lácteos por la sospecha de una alergia a las proteínas de leche de vaca. Al amamantarles, les pasaba a través de mi leche las proteínas de los alimentos lácteos que yo ingería, por lo que la única forma de eliminarles síntomas era dejando de tomar leche y derivados.
Eliminar estos productos de mi dieta me hizo perder peso de una forma muy rápida y drástica. Porque no se trata solo de privarme de un vaso de leche, sino de productos con alto contenido en grasa como quesos, yogures o mantequilla, y en una persona tan “lechera” como yo, eliminar de un plumazo estos alimentos me hizo perder varios kilos de golpe en tan sólo un par de semanas.
Ejercicio físico para eliminar la tripa postparto
Pero una dieta y un control de la alimentación no es suficiente si no hay un ejercicio físico detrás que lo respalde. Cada una a su ritmo y según sus preferencias, pero ¡hay que moverse!: caminar, running, hacer bicicleta, nadar… Lo importante es quemar calorías, fortalecer la musculatura y, de paso, sentirse en forma.
En mi caso concreto, por mis aficiones y mi constitución lo que mejor me ha ido siempre es el Pilates y el Yoga, que combino con una buena caminata a paso ligero dos o tres veces por semana. Ambas disciplinas me ayudan a sentirme bien física y emocionalmente, además de aportarme elasticidad y ayudarme a fortalecer la banda abdominal que tan tocada me ha quedado después de tres cesáreas.
Abdominales hipopresivos
Los ejercicios hipopresivos son, quizá, la guinda del pastel. Es un ejercicio fabuloso a todos los niveles, muy beneficioso para cuidar el suelo pélvico y reducir abdómen y algo que podemos hacer en cualquier momento y situación.
Una vez has aprendido la técnica, no necesitas que nadie te guíe para practicarlos en casa. Basta con estar relajada y concentrada en tu respiración y dedicar 15 o 20 minutos al día a practicar. En mi caso concreto, voy a clases una vez por semana solamente. Esta clase me sirve para “refrescar”, corregir algunas posturas o pequeños detalles que a veces se van olvidando.
Los resultados son espectaculares aunque no milagrosos. En casos como el mío, con una diástasis abdominal tan acusada, la única solución sería la cirugía que, por el momento, me niego a hacerme.
Cremas reductoras
Tras dar a luz a mi primer hijo seguí los consejos de mi ginecóloga y me compré la crema reductora Somatoline Reductor Intensivo Noche, y en mi caso particular me ayudó mucho a reducir volumen, aunque siempre combinando todas las técnicas descritas anteriormente.
No se si esta crema es compatible o no con la lactancia, porque cuando la usé yo ya no daba pecho a mi hijo, así que no es algo que me planteara. Si pensáis en utilizarla, informaros antes.
En mi segundo y tercer postparto me di la oportunidad de probar otras cremas restructurantes más suaves, naturales y ligeras. Y si bien noté algo de resultado en la reducción de la piel de naranja en los muslos (cuando engordas 30 kilos y los adelgazas en poco tiempo, la flacidez se hace mucho más evidente), no me pareció algo tan destacable y llamativo como me ocurrió con el uso de Somatoline.
En cualquier caso, este último punto no es más que un añadido casi anecdótico a lo dicho anteriormente, y que bien podría ser más propio de un consejo más de ritual de belleza y cuidados, que de un planning de adelgazamiento y pérdida de la tripa postparto.
¿Es compatible con la lactancia la somatoline?
Yo estoy en proceso de concienciación… En octubre empiezo el curso de hipopresivos y empezaré a hacer yoga también. Pero lo primero que tengo que llevar a cabo es el cambio en la dieta, que es lo que más me cuesta… (Pura gula…)
Hola Vero! Pues no se si es compatible o no porque a mi primer hijo no le di pecho, así que no te se decir (de hecho voy a dejarlo claro en el post por si acaso).
Poco a poco se va consiguiendo. A veces se tarda más que otras pero es una cuestión de mentalidad. Lo primero es cambiar la alimentación y lo demás va viniendo rodado. ¡Ánimo!
No puedo estar mas de acuerdo con el post. Sentido comun a la hora de cuidar nuestro cuerpo: alimentación, ejercicio y vigilar nuestra salud mediante especialistas médicos por si apareciera alguna patología