El frenillo lingual corto y su implicación en la lactancia: nuestra experiencia con el doctor Briz

Frenillo lingual corto

Mi hija nació con frenillo lingual corto, que a pesar de ser diagnosticado por dos asesoras de lactancia, la matrona de nuestro centro de salud no vio, y por tanto, me dejó en un callejón sin salida. Según las asesoras, ese era el motivo que se escondía detrás de las numerosas mastitis infecciosas que padecía, ¿pero cómo ponerle solución?

El tiempo fue pasando entre dolores, grietas y mastitis, hasta que poco a poco, el frenillo dejó de ser un inconveniente y la lactancia comenzó a rodar.

Sin embargo, había sufrido mucho y tenía claro que no quería volver a pasar por lo mismo con mi tercer hijo, por lo que comencé a leer todo lo que caía en mis manos sobre el frenillo lingual corto y su implicación en la lactancia. Mi objetivo era saber cómo actuar si mi bebé presentaba el mismo problema que su hermana.

El Doctor Briz Manzanares y su master class sobre frenillo lingual

Embarazada de mi pequeño, mi amiga Almu, del blog El nudo de sus zapatos, me habló del Doctor Briz Manzanares y de lo maravilloso que era diagnosticando y tratando el frenillo lingual. Así que decidí pedir cita con él antes incluso de que naciera mi hijo, pues sabía que la lista de espera para su consulta era larga ¿Exceso de previsión? Tal vez, pero ese gesto precavido salvó mi tercera lactancia y me ahorró muchos dolores.

Cuando nació mi bebé supe de nuevo que algo no marchaba bien. El agarre era muy doloroso y los pinchazos anunciando la mastitis infecciosa –que tanto conocía- no tardaron en hacer acto de presencia. Así que con mi niño recién nacido me planté en la consulta del doctor Briz y el diagnóstico fue claro: un frenillo submucoso en grado IV.

De su consulta salí con un auténtico master en frenillos, pues el doctor Briz se tomó todo el tiempo del mundo en diagnosticar a mi bebé y explicarnos con todo lujo de detalles qué eran los frenillos, cuantos tipos había y cómo interferían en la lactancia, en primer lugar, y en el habla y desarrollo de la mandíbula en segundo lugar.

“Los frenillos suelen ser la causa principal del abandono de muchas lactancias” – nos decía – “La mamá experimenta tal dolor en el agarre y succión que acaba abandonando, desconociendo que la solución a su problema es sencilla”.

Chasquido, gases y tomas agotadoras

Frenillo lingual corto y lactancia materna

El frenillo lingual corto incapacita al bebé para hacer correctamente el movimiento de lengua que necesita para mamar. Este hecho propicia que se agarre al pezón como “buenamente puede” llegando a apretar con los labios para que no se escurra (provocando después el famoso callo de succión en el labio superior) o a posicionar su lengua del tal modo que provoca dolores o molestias durante la succión y no vaciando correctamente.

A veces también se producen chasquidos durante la toma y un aumento de gases porque la boca no sella correctamente.

La succión, además, resulta realmente agotadora para el bebé que se acaba durmiendo durante la toma sin haber “sacado” lo suficiente, lo que le hace demandar continuamente para verse saciado. Este hecho genera una crisis de confianza en muchas madres que caen en el error de pensar que su leche no les alimenta y acaban sucumbiendo al biberón.

Por otro lado los frenillos sublinguales son, en muchas ocasiones, la causa de una pérdida de peso en el bebé o de una ganancia escasa.

En definitiva, es increíble la de problemas que una simple membranita debajo de la lengua puede llegar a ocasionar durante la lactancia. Con el diagnóstico claro tan sólo nos quedaba la opción de la operación (frenectomía) y a una semana de cumplir su primer mes de vida, mi Pequeño fue operado.

Frenectomía: ¿en qué consiste la operación de frenillo lingual?

La operación consiste en cortar el frenillo con un bisturí eléctrico, bajo una suave sedación que apenas dura cinco minutos. No voy a negar que la espera, mientras tu bebé está en el quirófano, resulta un tanto agobiante pero es una intervención muy sencilla y rápida, y en la inmensa mayoría de los casos sin ningún tipo de efecto secundario pues no suelen sangrar y, al menos mi hijo, tampoco se quejó de dolor en las horas posteriores al corte.

Tras la operación ya aprecié que el agarre había mejorado notablemente, que la succión era más suave y que el vaciado del pecho se producía en una sola toma desapareciendo, por consiguiente, cualquier atisbo de pinchazo precursor de las dichosas mastitis.

Con el paso de los días, noté que las tomas se espaciaron y experimenté una mayor producción de leche.

Pero con la operación no se soluciona el problema, y se hace imprescindible y fundamental continuar durante algunos meses más con unos ejercicios pautados para evitar que el frenillo vuelva a desarrollarse.

Por el momento solo puedo decir que operar el frenillo lingual corto ha mejorado muchísimo nuestra lactancia, aunque el camino que nos queda por delante aún es largo. No puedo estar más ue agradecida al doctor Briz por su rápido diagnóstico, y por el mimo, delicadeza y humanidad con el que trata este problema y a los bebés que lo padecen. Además, demuestra una gran empatía hacia las madres lactantes, algo que por desgracia, no es frecuente encontrar.

3 comentarios en «El frenillo lingual corto y su implicación en la lactancia: nuestra experiencia con el doctor Briz»

  1. Lo importante que es que te comprendan y sepas por lo que estás pasando. Y es curioso que sea un hombre el que mejor te comprenda en algo así.Pero así es.

    Hiciste caso a tu intuición, y es que yo creo que hay que escucharse a uno mismo más a menudo. Así que genial. Lo más importante es que el problema está ya casi superado.

    Muchas gracias por la mención 😉

    ¡Y un abrazo enorme!

    Responder
  2. Mi bebé tiene frenillo submucoso tipo 4,me lo han dicho unas asesoras de lactancia.Me podrias decir cuanto cobra el dr Briz por la operación? Muchas gracias

    Responder

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