Cuando hablo con otros padres sobre las vacaciones de verano escolares todos coinciden en decir que son excesivamente largas y los peques se aburren. Yo no creo que sean largas, pues el curso académico –y más a medida que van creciendo- llega a hacerse demasiado cuesta arriba en algunos momentos, por lo que un descanso de dos meses y medio para desconectar y disfrutar siempre viene bien. ¿O es que los adultos no estaríamos felices con unas vacaciones así? ¿Quién renunciaría a ellas por considerar que son “demasiado largas”? ¡Seguro que nadie, por lo tanto, los niños tampoco!
En lo que sí coincido es en el tema del aburrimiento. Y aunque dicen que es bueno que los niños se aburran para incentivar su creatividad, dosis altas de aburrimiento también puede ser realmente frustrante para ellos.
Hasta los 4 o 5 años mi Mayor llevaba muy bien las vacaciones de verano, y el “me aburro” prácticamente no se escuchaba en casa. Despertaba cuando quería, jugaba solo durante largos periodos de tiempo, disfrutaba muchísimo jugando conmigo a cualquier cosa y tras una tarde de piscina llegaba al final del día literalmente agotado. Sin embargo, en el último curso de Infantil comencé a notar muchos cambios.
Mi hijo demandaba más actividad, tanto física como intelectual. Ya no le bastaban dos horas de piscina para cansarse, ni se entretenía durante mucho tiempo jugando a solas con sus muñecos. Fue entonces cuando le llevé por primera vez a un campamento urbano, y aunque inicialmente tuve muchas reticencias, a la larga comprobé que había sido una estupenda decisión. Este año repite campamento deportivo y sumamos –por decisión suya- dos semanas de enseñanza musical e instrumental en una escuela. Decir que está feliz es quedarme corta, pues está disfrutando muchísimo de esta experiencia.
Y es que soy de la opinión de que bien estructuradas, las vacaciones de verano dan para mucho y pueden llegar a ser realmente enriquecedoras para los niños.
Actividades de verano para que los niños pasen un verano aprendan y se diviertan
Campamentos y actividades fuera de casa
Siempre que ellos quieran, os aconsejo que les llevéis a un campamento durante unos días, una semana o varias –a elección-. Ayuntamientos, colegios y centros culturales y deportivos nos dan numerosas opciones de actividades para realizar en verano. Solo queda elegir la que mejor se adapte a los intereses y gustos de nuestros niños.
Juegos en familia
¿Qué hay más divertido que los juegos de mesa en familia? El verano es el momento más propicio para ello, ya sea durante la sobremesa o en el césped de la piscina, un juego de mesa nos puede hacer pasar un rato tremendamente divertido con nuestros hijos.
Os recomiendo juegos con los que les estimuléis la imaginación, creatividad y lenguaje como el Intelect o Palabras cruzadas, el Ahorcado, el STOP o Scattergories, Sopas de letras, crucigramas… Y aquellos de lógica o conceptos matemáticos como el Ajedrez, las Damas, ciertos juegos de cartas, Monopoly, Sudokus…
Juegos online (con supervisión y moderación)
Soy partidaria de dejar que los niños se familiaricen con la tecnología y los dispositivos electrónicos, pero siempre atendiendo a las recomendaciones de los pediatras para un uso seguro y educativo, y los juegos y actividades en línea son una excelente opción. En casa tenemos varios juegos de mesa que funcionan también en su versión online con un código QR, aunque también se puede recurrir a las APP de juegos educativos o páginas como Kahoot, Arbol ABC o Cokitos.
Eso sí, el tiempo de pantallas debe estar siempre controlado por los adultos, no excedernos de las recomendaciones de los expertos y combinarlo con otras actividades.
Lectura
Me parece importante e imprescindible encontrar un ratito al día para que los peques lean; ya sea en solitario o acompañados de un adulto creo que debemos fomentarles esta afición. Mi consejo es que les hagáis partícipes de la compra de libros para que sean ellos mismos quienes elijan lo que quieren leer. A parte de los libros a nosotros también nos funcionan muy bien las revistas o cuadernillos que vienen acompañados de actividades o manualidades para realizar de forma paralela.
A mi hijo no le gusta leer, ¿qué hago?
Dibujos y manualidades
Si a vuestros hijos, como a los míos, les encanta pintar o dibujar, os recomiendo que os hagáis con un buen arsenal de pinturas de todo tipo, ya sean los clásicos lápices de colores o rotuladores, como ceras, témperas, pinturas de dedos, acuarelas, acrílicas… Para el mayor hemos optado también por un caballete y un lienzo y para la niña hemos encontrado un filón en la pizarra y las tizas. Sea como sea, la pintura es una estupenda opción de juego y creatividad que les mantendrá entretenidos durante mucho tiempo.
Escritura
Aprovechad cualquier ocasión para que vuestros peques escriban. Es importante que no pierdan práctica ni soltura con la escritura, sobre todo en estas edades en las que están adquiriendo esta habilidad. Podéis pedirles que os ayuden a hacer la lista de la compra, que escriban una carta a un amigo, una redacción de lo que han hecho en el día o un cuento que luego lean a sus hermanos o a vosotros. Cualquier pequeño relato será suficiente para mantenerles activos en esta parcela.
Practicar un idioma
Y ya por último, si vuestros hijos cursan un idioma extranjero, no os olvidéis de reforzarlo en verano mediante juegos sencillos de palabras, canciones, cuentos o incluso vídeos. En mi casa nunca falla ver sus series favoritas en inglés.
Como veis es posible combinar actividades lúdico-educativas con otro tipo de juegos, deporte y piscina/playa. Bien organizados, los días de verano no sólo permitirán a nuestros niños descansar y disfrutar, sino seguir aprendiendo de la mejor forma posible: ¡mientras juegan!
Foto de portada | Freepik
Finalidad » Gestionar los comentarios.
Legitimación » Tu consentimiento.
Destinatarios » Los datos que me facilitas estarán ubicados en los servidores de SiteGround Spain S.L (proveedor de hosting de Ser tri-madre: ¡toda una aventura!) dentro de la UE. Ver política de privacidad de SiteGround Spain S.L (https://www.Siteground.es).
Derechos » Podrás ejercer tus derechos, entre otros, a acceder, rectificar, limitar y suprimir tus datos.