Mi post de hoy es un homenaje a las asesoras de lactancia. Esas maravillosas mujeres que siempre están dispuestas a echarte una mano cuando más lo necesitas llegando incluso a salvar tu lactancia con sus consejos y por tanto a hacerte el mejor regalo del mundo que es el poder amamantar a tu bebé.
He comentado varias veces en mi blog como, desde que nació mi hija, he recurrido en varias ocasiones a los consejos de las asesoras de lactancia ya sea a través de la blogosfera, de mi centro de salud o de centros materno-infantiles de mi pueblo y alrededores.
El inicio de mi lactancia fue duro y los problemas surgieron ya en el hospital. Es inaudito que en los hospitales no exista la figura de una asesora de lactancia y que el trabajo de los profesionales acabe cuando te entregan a tu recién nacido tras el parto pues es justo a partir de ese momento cuando más ayuda necesita una madre. Si una mujer desea amamantar a su bebé, creo que no debería ser dada de alta hasta que se hubiera producido la subida de la leche y la lactancia hubiera comenzado con éxito porque ¿cuántas veces nos vemos sobrepasadas por los acontecimientos a nuestra llegada a casa?. Subida de leche que no se produce, ingurgitación mamaria que no sabemos gestionar, bebé que parece no querer engancharse al pecho, falta de confianza en nosotras mismas… La experiencia me ha demostrado que o somos expertas en el tema o, en muchas ocasiones, este tipo de situaciones nos superan y nos sentimos angustiadas y faltas de ayuda.
En mi caso, a pesar de tener la experiencia de la lactancia de mi primer hijo y de llevar la lección bien aprendida, cuando las cosas se complicaron necesité que alguien me echara una mano. Mis problemas se iniciaron por el mal agarre de Pulguita (los dolores de la cesárea imposibilitan en muchos casos adoptar una correcta posición para amamantar) y la mastitis subclínica que ya empezaba a desarrollar. Quizá si una asesora me hubiera visten el hospital y me hubiera ayudado con el agarre inicial podría haber evitado algunos problemas que se desencadenaron después pero no fue posible porque en el hospital donde di a luz no había personal formado para asesorar en lactancia.
Suerte que al recibir el alta pude contar con apoyo –a través de varias vías- para solucionar la concatenación de problemas que se fueron sucediendo.
¿Qué hacer cuando surgen problemas en la lactancia? ¿A quien acudir?
Voy a contar mi experiencia por si puedo ayudar a alguna madre que me lea y se encuentre en esta situación.
- Para empezar me puse en contacto con la asesora de lactancia de mi centro de salud. Imagino que casi todos los centros de salud públicos tendrán una matrona formada en lactancia o una asesora a quien acudir. El problema era que, en mi centro de salud, el grupo de lactancia se reunía sólo una vez a la semana y si bien en un momento dado la enfermera o el pediatra podían darme algún consejo al respecto, no nos engañemos, ciertos temas se escapaban de sus manos.
Si os encontrais en esta situación mi consejo es que no espereis a la reunión semanal del grupo de lactancia de vuestro centro de salud a no ser, claro está, que se vaya a producir al día siguiente. Cuando se tiene un problema con la lactancia lo mejor es atajarlo cuanto antes. La inmediatez es, en muchos casos, el mejor salvavidas por lo que a no ser que sólo busquéis compartir experiencias con otras mamás o consultar dudas banales que pueden esperar toda la semana a ser resueltas, intentad buscar ayuda por otras vías si os enfrentais a un problema mayor.
- También es frecuente encontrar grupos de lactancia en los hospitales pero sus reuniones suelen ser semanales o incluso mensuales, por lo que en caso de un problema puntual puede que tampoco os ayuden a solucionarlo.
- Suele ser también habitual encontrar centros materno-infantiles de preparación al parto y talleres para mamás y bebés que cuentan con la presencia y ayuda de una matrona experta en lactancia o de una asesora, o que incluso hacen reuniones periódicas de grupos de crianza. Es cuestión de buscar a través de Internet y seguro que dais con alguno próximo a vuestra zona de residencia.
Yo encontré uno cerca de mi pueblo donde celebraran reuniones diarias con mamás lactantes y el apoyo y comprensión que encontré en este grupo, me ayudó en el inicio de mi lactancia.
- Para casos urgentes os recomiendo que preguntéis por vuestra zona, o busquéis en Internet, alguna asesora que tenga disponibilidad para hablar con vosotras por teléfono y aclararos las dudas en el momento, o incluso pueda desplazarse a vuestro domicilio y os ayude.
A este respecto os recomiendo encarecidamente que os unáis al grupo en Facebook Asesoras de Lactancia Online (creado por Maca de Mamá por Bulerías) donde tanto madres expertas en lactancia como las propias asesoras, harán todo lo posible por echaros una mano en caso de dudas o dificultades.
En mi caso, además, tuve la suerte de contar con mi amiga Belén al otro lado del teléfono casi las 24 horas del día. En la medida que podía me ayudaba cuando surgía una complicación y si no era ella ahí estaban las asesoras Eloísa o Carolina para echarme una mano a través de e-mailo teléfono.
A las asesoras de lactancia que he encontrado en mi camino les debo mucho. Muchísimo. Tanto que a veces me resulta incomprensible cómo son capaces de entregarse tanto a los demás sin recibir nada a cambio.
- Están disponibles, si no las 24 horas del día, sí gran parte de la jornada, pues yo he llegado a escribir un e-mail a las tantas de la madrugada y tener respuesta casi de inmediato.
- Siempre tienen una sonrisa y una palabra de apoyo y ponen todo su conocimiento (que les ha llevado no sólo meses e incuso años adquirir sino dinero de su bolsillo) a tu entera disposición.
- Muchas asesoras tienen además otros trabajos por lo que las consultas de lactancia las atienden en sus ratos de ocio o entre marrón y marrón en su oficina o negocio.
- En muchas ocasiones se desplazan a domicilios particulares para poder valorar insitu el problema, empleando no sólo su tiempo sino su dinero.
Siempre he escuchado a las asesoras decir que no hay mejor pago que la satisfacción de haber ayudado a alguien pero, insisto, creo que este trabajo tan sumamente importante debería ser compensado económicamente porque lo que consiguen con él, bien lo merece.
A mí me asesoraban en el grupo de crianza del centro de salud, donde contaban con una asesora de lactancia mayor y expertísima. Si no llega a ser por ella y el uso de pezoneras, la lactancia no me hubiera durado ni una semana ¡qué dolor! Y oye, con buenos consejos aquí, estamos a punto de cumplir los 13 meses con la teta en ristre y sin saber lo que es un biberón.
Cómo me alegro guapa! Ay que ver lo importante que es esta figura y lo muchísimo que nos ayuda
A mí también me ayudaron mucho, pero yo tuve suerte porque desde el hospital hubo una enfermera muy amable que estuvo apoyándome y dándome confianza en que sí que podía y muy buenos consejos.
Mi matrona y el grupo de asesoras también, agradecida de por vida. Ya sabes, mis inicios también fueron muy duros.
Casi 9 meses y feliz disfrutando de la teta y todas sus ventajas, que son muchas y no solo de salud, sino de comodidad, bienestar y calidad de vida.
Cómo me alegra! Me ha encantado lo que comentas del hospital. Me parece importantísimo, y en muchos casos decisivos, que haya una buena enfermera experta en lactancia porque suele ser allí donde se dan los primeros problemas y si no se solucionan a tiempo es fácil caer en el biberón 🙁