Conocer el sexo del bebé es una de las grandes inquietudes de los futuros papás. Sin embargo, por mucho que lo deseemos o nos dediquemos a pronosticar si será niño o niña según la forma de la barriga, no será hasta la semana 20, aproximadamente, cuando el médico nos lo confirme mediante ecografía.
Nunca he entendido por qué se da tanta importancia al sexo del bebé. Quizá sea porque lo veo desde la perspectiva de una madre que ha vivido un embarazo de alto riesgo, en donde mi única preocupación era que mi bebé naciera sano, sin importarme si era niño o niña.
Sobre el sexo del bebé. ¡Ni quiero una niña ni me defraudaría “otro” niño”!
Cuando te enteras del sexo del bebé y te preguntan, “¿era lo que esperabas o te da igual?”
Me dijeron que esperaba un varón en la semana 14 de embarazo, aunque lo intuía desde el primer momento.
Cuando informé a la familia y a los amigos de que el bebé sería un niño, muchos me preguntaron: “¿era lo que querías o te daba igual?”
¡Vaya bobada de pregunta! Yo lo que quería era tener un hijo y que estuviera sano, independientemente de su sexo.
De todos modos, y aunque siempre encontraremos comentarios fuera de lugar, creo que con el primer embarazo no suelen existir preferencias, y tanto los padres como el entorno asumen de buen grado lo que venga.
Pero, ¿qué pasa con el segundo? Varias amigas mías, embarazadas por segunda vez, me han confesado que han tenido que oír una y otra vez aquello de: “a ver si tienes suerte y tienes la parejita”. Y si esa parejita no llega, se suelen escuchar comentarios “alentadores” del estilo de: “¡bueno mujer, seguro que a la tercera tienes más suerte!”.
¿En serio hay quien cree que la suerte radica en tener la parejita? La verdadera SUERTE es poder dar un hermanito a tu hijo (el mejor de los regalos que le puedes hacer) y que ese segundo bebé venga en perfecto estado de salud. Lo demás son añadidos que carecen de ninguna importancia.
Mi marido disfruta con mi hijo jugando al fútbol, revolcándose en la alfombra mientras simulan una pelea “atroz” de cosquillas y besos, enseñándole a montar en la moto que le regalaron por su cumpleaños, viendo dibujos animados…. A menudo sorprendo a mi marido diciéndole: “cuando seas un poquito más mayor nos vamos a ir a la sierra a hacer senderismo y luego dormiremos al raso y veremos las estrellas”.
Se le cae la baba con su pequeño, como se le caería si fuera una niña. Y ni qué decir tiene que a mí me encanta verlos juntos y participar de sus juegos.
Y es que lo realmente importante es ver crecer a un hijo sano y feliz, con independencia de todo lo demás.
Foto de Matilda Wormwood en Pexels
>Hola, Hemos comentado tu entrada en el repaso de blogs de mamás y papás en Bebés y más. Un saludo.http://www.bebesymas.com/nuestras-experiencias/blogs-de-papas-y-mamas-lvii
>He descubierto tu blog a través de bebesymas y me está gustando ;)Respecto a las tonterías de "la parejita" yo creo que nos lo dicen como un tópico, sin pararse a pensar en ello sino no me lo explico. Yo cuando estaba embarazada tenía la preferencia de una niña que así fue, pero si hubiera sido un niño hubiera sido exactamente igual suena típico pero lo único que nos importa cuando estás en la ecografía es que nos digan que va todo bien.
>Fíjate, pues en mi caso era todo lo contrario. Yo quería una niña, a toda costa. Y si te dijera otra cosa mentiría como una bellaca. Yo no quería un bebé sano. Yo quería una niña sana. Tuve una niña y la verdad, para el segundo me daba un poco igual lo que fuera. Quería una niña, puestos a elegir, pero sufría menos. Y es que a mí me gustan las niñas. Qué le vamos a hacer. Tengo dos y si tuviera un tercer hijo preferiría otra niña. Pero sólo fue en el primer embarazo en el que realmente me preocupaba.
>Lola, muchísimas gracias por vuestro apoyo y vuestra difusión en Bebés y Más. Es un verdadero honor para mí 🙂
>Me gusta no, me encanta.Disfruto mucho leyendo tu blog.Besotes guapa.
>Gracias Deyi! No veas que alegría me da saber que hay gente a la que le gusta lo que escribo!Muchos bss
Amarrillo y verde! Esos fueron los colores que elegí para regalar a dos mellizos (niño-niña) y a otro niño. Eso de caer en azul y rosa me repatea mucho.