Dolores de crecimiento

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Últimamente el peque se viene quejando de dolor en las piernas y antebrazos. Lleva así varias semanas pero al principio no le prestamos demasiada importancia porque los dolores solían aparecer cuando llevaba tiempo caminando o corriendo, algo que nos hacía pensar que quizá se tratara simplemente de cansancio. Pero la pasada semana el dolor le despertó. En mitad de la noche comenzó a llorar y a llamarnos quejándose de que le dolía la cadera para minutos después pasar a quejarse de la rodilla y acabar con el pié. Nos sentimos bastante desconcertados porque no sabíamos hasta qué punto el dolor le había despertado o lo estaba soñando, qué era lo que le dolía exactamente o si se trataría tan sólo de adormecimiento de la extremidad por una mala postura.

Desde ese día le vengo observando con más frecuencia y lo cierto es que no veo que su actividad física haya mermado en absoluto. Sigue corriendo, haciendo el pino y volteretas como un saltimbanqui, tirándose a la piscina, columpiándose, subiendo y bajando escaleras… Tampoco le veo cojear en ningún momento pero de vez en cuando me dice que le duele. El dolor nunca es en el mismo sitio; a veces se queja de la cadera, de los muslos, detrás de la rodilla, de la muñeca o el antebrazo.

He estado leyendo algunos artículos al respecto y parece que pueda tratarse de los llamados “dolores de crecimiento” que suelen aparecer en el 20% de los niños con edades comprendidas entre los 3 y los 6 años. No hay enrojecimiento de las articulaciones, ni inflamación, ni fiebre, ni cojera y el dolor suele desaparecer con el descanso. Cuando mi niño comienza a quejarse, a nosotros nos funciona darle un suave masaje en la zona dolorida usando crema hidratante o la propia barrita de Arnidol (más efecto placebo que otra cosa, seguramente) y aplicarle calor local con un saquito de semillas que calentamos unos minutos en el microondas. Con masaje, calor y reposo el dolor desaparece.

6 comentarios en «Dolores de crecimiento»

  1. Pues sí Silvia más vale llevarle y descartar, pero tiene toda la pinta de ser lo que comentas. Yo misma recuerdo dolores así de niña… simplemente unos niños lo notan más que otros.

    Besos!!

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  2. Espero que sea sólo eso, ya que por lo demás parece que se le ve estupendo.
    Dolores no se, pero yo ya he comprobado que cuando mi hija adelgaza (como dices) estirón al canto, luego vuelve a recuperar sus carnecillas.
    Un besazo

    Responder

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