#desmontandoaEstivill: Porque no quiero lágrimas en las noches de mi hijo

IMG_0927e
Morguefile.com

Hoy, 29 de junio, se celebra el Día Mundial del Sueño Feliz y la blogosfera maternal se ha volcado con esta preciosa iniciativa bajo el hashtag #desmontandoaEstivill.

No se me ocurre mejor manera de celebrarlo que observando, como hago todas las noches, como mi hijo se duerme con una sonrisa en los labios mientras le acaricio su manita. Porque así es como mi pequeño se duerme, al lado de mamá o papá, escuchando un cuento o una canción y en contacto piel con piel.

En varias ocasiones he tratado el tema del sueño infantil en mi blog y cuanto más leo al respecto más me doy cuenta de que al ser humano no hay “que enseñarle a dormir” sino que lo hace por instinto y de que es imposible exigir a un niño que no se despierte durante la noche o que si lo hace se vuelva a quedar dormido solo y en absoluto silencio. Porque seamos francos, ¿cuántos adultos logran dormir del tirón?, ¿y cuántos de nosotros no hemos tenido un mal sueño que se calma al palpar a la persona a la que amamos a nuestro lado?. ¿Por qué nos empeñamos en que los niños sean diferentes a los adultos?

Siempre he pensado que tras la puesta en práctica del método Estivill se esconde el deseo egoísta de los adultos de “deshacernos” de los niños para que nos molesten lo menos posible.

“¡Qué putada”! – exclamó un amigo al que le comenté que mi hijo se necesita dormir sosteniéndome la mano. ¿Putada? (perdón por la palabra). ¿Acaso es molesto o fastidioso sostener la mano de tu pequeño mientras se duerme plácidamente y sin lágrimas? ¿Tan duro es “sacrificar” quince minutos de nuestro egocéntrico tiempo en pos de la felicidad y el bienestar de un hijo?

Mi niño duerme solo en su habitación pero previo a este paso hemos probado el colecho, dormirle en brazos, redecorar nuestra habitación de matrimonio para ubicar su cuna e incluso dormir con él en su camita de 90 cm cuando le asaltan las pesadillas. Y todo lo hacemos de mil amores, sin plantearnos en ningún momento cambiar nuestra forma de criar a nuestro hijo en materia de sueño porque lo único que queremos es que nuestro niño sea feliz y que si se despierta en medio de la noche encuentre rápidamente la presencia de mamá o papá.

Mi hijo jamás ha derramado una lágrima para dormir y siempre tendrá un hueco en nuestra cama. Y me siento tremendamente orgullosa de ello porque sé que con nuestra actitud como padres estamos contribuyendo a crear una persona íntegra, estable, feliz y segura.



6 comentarios en «#desmontandoaEstivill: Porque no quiero lágrimas en las noches de mi hijo»

  1. Yo es que ni me complico la vida, y como transmito que no me la complico, no doy pie a que los demás entren a decir esto o lo otro sobre cómo dormimos……..
    Cocoliso dormía en su cuna feliz, hasta que ha empezado con pesadillas…..y es que yo no le doy ni media vuelta: me levanto lo aupo del tirón y a la cama con nosotros….
    después de cenar…como ha tenido una temporada que le daba miedo su habitación, directamente le decía: te acuesto en la cama de mamá y papá mientras nosotros cenamos? y ahí se dormía, luego le pasaba a su cuna, y si se despertaba a las 5 asustado o simplemente desvelado, pues yo hacía lo más normal del mundo (desde mi punto de vista): iba a por él y me le traía a mi cama de nuevo….
    Es que para mi (personalmente claro), es tan de sentido común actuar asi que no me planteo ningún otro modo de hacerlo……yo me siento bien…y él también…. pues un tercero discordante no pinta nada dando su opinión sobre nuestras vidas….

    Responder
    • Tienes toda la razón pero a veces la gente opina simplemente porque sí, porque les da la gana hablar de algo. Cada vez me doy cuenta de lo importante que es mantener la boca cerrada con según qué personas pero todavía tengo mucho que aprender. Me gusta hablar y lo cuento todo. ¡Craso error!

      Responder
  2. Mis peques nunca han necesitado nada especial para dormir, a la niña es meterla en la cuna y darle su osito y se queda tranquilita, eso sí la ventana bien cerrada para que no le entre luz y la puerta más o menos cerrada (nunca del todo claro) para que ella no sienta el jaleo fuera. Jamás he necesitado hacer nada con ella, simplemente hecharla y darle un besote y a su osito. Creo que puedo contar conlos dedos de una mano las veces que se ha despertado por la noche, incluso dejó de necesitar su bibe nocturno a los 3 meses… cuando está despierta da toda la guerra del mundo y me encanta que así sea.
    Con el niño la cosa es parecida aunque con la excepción de que él necesita su lámpara de lava para que le de luz y un libro que canturrea… lo hecho y por lo general se duerme solo aunque suele despertarse alguna noche… si lloriquea me quedo con él a su lado junto a su cuna y le cuento algo hasta que se relaja, pero en mi casa no hay lágrimas, eso fijo.

    Responder

Deja un comentario

Responsable » Silvia Díaz.
Finalidad » Gestionar los comentarios.
Legitimación » Tu consentimiento.
Destinatarios » Los datos que me facilitas estarán ubicados en los servidores de SiteGround Spain S.L (proveedor de hosting de Ser tri-madre: ¡toda una aventura!) dentro de la UE. Ver política de privacidad de SiteGround Spain S.L (https://www.Siteground.es).
Derechos » Podrás ejercer tus derechos, entre otros, a acceder, rectificar, limitar y suprimir tus datos.