En los casi nueve meses de vida de mi niña ya me han preguntado en numerosas ocasiones que cuándo voy a llevarla a su habitación a dormir. Tan insistentes están siendo las preguntas que hasta mi marido ya se empieza a plantear si estamos “haciendo bien” dejando que duerma en nuestra habitación.
He comentado en varias ocasiones que a mi niño lo sacamos de nuestro cuarto en torno a los ocho o nueve meses de edad pero estuvo poco tiempo en su habitación porque el ir y venir a ponerle el chupete o a calmarle cuando lloraba no me parecía práctico así que le llevamos de vuelta con nosotros al poco tiempo. Hasta que no pasó la época de pesadillas, terrores nocturnos y obsesión por su chupete, no se independizó de forma definitiva y esto fue en torno a los dos años de edad.
Con Pulguita no me planteo sacarla de nuestra habitación, ni a corto ni a medio plazo, y la razón principal es la lactancia a demanda que tenemos establecida. No concibo una cosa sin la otra; así de simple. Es cierto que ella misma ha regulado sus tomas y siempre mama a las mismas horas de la noche de tal modo que mi propio reloj interior me despierta llegado el momento anticipándome a sus señales, pero aún así prefiero tenerla cerca y ponérmela al pecho sin apenas enterarnos ninguna de las dos, que tener que salir de mi cama e ir a buscarla a otra habitación diferente.
Pero, de no estar con lactancia a demanda quizá hubiera seguido el mismo camino que tomé con mi Mayor y me estaría planteando sacarla de nuestro cuarto, por lo menos por probar. No me molesta lo más mínimo que duerma a nuestro lado pero creo que ella descansaría mucho mejor en su propia habitación porque se despierta con el mínimo ruido: el sonido de las sábanas, del despertador o cualquier leve susurro la activan como si tuviera un resorte.
Pulguita es menos inquieta de lo que era mi Mayor para dormir, no se aferra al chupete como lo hacía él (de manera que no llora cuando se le cae porque casi no lo utiliza) y –si nadie la despierta- no es tan madrugadora como su hermano, así que pienso que la “independencia” podría beneficiarla en ese sentido. Pero yo necesito y quiero estar cerca de ella para ofrecerle la teta cuando lo pida, sin necesidad de llegar al llanto, y por mucho vigilabebés que me pusiera en la mesilla, no es lo mismo que sentirla a mi lado.
Mamás con lactancia materna a demanda, ¿cómo afrontáis vosotras este tema?
¡Hola!
Yo tengo dos y en ambos casos colecho. Los dos aún maman por la noche (el mayor de 4 años muy poco,pero sí alguna vez,y el peque de 5 meses muy a menudo). Creo que la decisión debe saliar principalmente de la mami,que es la que se tendría que dar los paseos para dar el pecho.
En cualquier caso, ellos ya pedirán su independencia, no se van a quedar toda la vida,y luego echaremos de menos tenerlos tan cerca al dormir.
Ánimo Silvia.
Mi bichilla tiene 11 meses y andamos igual. Yo afronto el tema con mala leche, porque para nosotros no supone ningún problema el colecho, pero los comentarios ajenos hacen que el papá de mi bichilla empiece a sospechar que no lograremos nunca que salga de nuestra cama. Y me da coraje que las opiniones externas le afecten tanto. Nunca pensé que colecharía, que portearía, ni que me daría a este tipo de crianza, pero lo que no quiero es pasarme la noche de la cama a la cuna y menos aún a otra habitación, por ese miedo irracional a que la niña no vaya a querer dormir sola en el futuro.