Chupete, manos y manías

Mis tres hijos han tenido, y tienen, reacciones muy diferentes con el chupete.

Chupete desde el nacimiento

Mi Mayor salió del hospital con él puesto y en ningún momento interfirió en nuestra lactancia. Es cierto que ésta sólo duró tres meses (aunque finalizó por causas que nada tienen que ver con problemas de agarre derivados del uso del chupete) y que yo desconocía por completo que el uso del chupete pudiera interferir, pero en cualquier caso, nunca tuve problemas por usarlo. A medida que fue creciendo, el chupete sólo quedó para la noche pero la mitad de las veces despertaba sin él así que con dos años justos decidimos retirárselo. En mi vida pensé que pudiera ser tan fácil y de un día para otro, sin lágrimas ni “mono” el chupete pasó a la historia. De todos modos así fue siempre mi Mayor; un niño tremendamente fácil que hizo de todos las fases importantes por las que pasan los bebés, un camino de rosas.

El chupete, mi salvación

Con Pulguita fui más precavida y esperé a que pasara un tiempo prudencial para ponerle el chupete y así evitar la confusión tetina-pezón. Demasiados problemas con la lactancia teníamos por aquel entonces como para incorporar uno más.  Confieso que el uso del chupete para mí fue una verdadera salvación ya que hasta entonces la había tenido literalmente colgada al pecho con grietas que no cicatrizaban. Se que esto no es lo ideal y que la lactancia a demanda implica estar disponible siempre que tu bebé te necesite, pero no me importa reconocer que el chupete supuso un antes y un después ya que me ayudó a que las tomas se espaciaran un poquito y que mis macerados pezones pudieran descansar y mejorar en cuestión de días.

Mi niña usó más el chupete en sus primeros meses de lo que lo hizo su hermano y a día de hoy, con casi dos años, no veo atisbos de retirárselo en el corto plazo. No sólo recurre al chupete de noche sino también en la siesta de después de comer y cuando tiene algún día tontorrón a causa del sueño, cansancio o algún virus que le ronda.

Curiosamente, además, Pulguita comenzó a mostrar interés por los chupetes de silicona con tetina redonda en torno a los 12 meses y poco a poco esa predilección se ha acabado convirtiendo en obsesión, hasta el punto de que tiene dos chupetes de estas características que son los únicos que quiere. Ni que decir tiene que los chupetes están para el arrastre, desgastados y descoloridos y que he intentado cambiárselos en innumerables ocasiones con el consiguiente berrinche por su parte. En cuanto ella percibe que la tetina del chupete nuevo no es la tetina a la que está acostumbrada se lo quita enfadada y reclama lo que es suyo. Hasta tal punto llega su obsesión por esos chupetes que es capaz de dormir sin ellos antes que serle infiel con otros, pero el problema es que si despierta en mitad de la noche a causa de una pesadilla (fase por la que estamos atravesando ahora) llora de forma tan desconsolada que sólo “sus” chupetes logran calmarla, así que no me atrevo a deshacerme de ellos por ahora.

Mano antes que chupete

Con mi Pequeño esperé a que la lactancia estuviera bien instaurada para introducir el chupete, pero no fue hasta los dos meses y medio cuando lo aceptó. Hasta entonces el simple roce de la tetina en su boca le producía arcadas y caras de asco. Como la lactancia con él ha sido muy buena desde el momento en que corregimos el frenillo (a sus 3 semanas de vida), no he notado que el uso del chupete me haya beneficiado, ya que sus tomas son más espaciadas y productivas de lo que lo eran con su hermana.

Aun así, estoy observando últimamente que mi bebé siente más predilección por sus manos que por el chupete. Puede que sea simplemente la fase de descubrimiento de manos por la que pasan todos los bebés en torno a los 3-4 meses, pero son muchas las ocasiones en las que llega a dormirse con los deditos metidos en la boca o incluso escupe el chupete cuando está a punto de quedarse dormido para sustituir la succión por la de sus dedos. Esto es algo que no percibí en ninguno de mis otros dos hijos.

¿Y vuestros peques, ¿también tienen manías con los chupetes o prefieren el dedito a la tetina?

1 comentario en «Chupete, manos y manías»

  1. Yo pensé que bebé y chupe iban unidos, y ahí se quedaron… Hasta casi los 3 meses, medio aceptaba uno de la marca mam (el resto de daban arcadas, por muy monos que fueran :'( )
    Sólo lo mantenía un ratito y lo escupía hasta q un día con 3 meses dijo que no lo quería y punto, admito que lo intenté a veces durante meses y fue que no, ninguno.
    Ahora que me planteo mi segunda maternidad me pregunto ¿ por qué dar chupe a los niños? Tú que tienes 3 porqué decidiste darles chupe?
    Yo al ver que mi hijo no lo necesita para nada a lo mejor si tengo otro ni intendo dárselo. Claro que mi enano ni lloraba casi de bebé ni lo hace ahora, él funciona a protesta-tetv-asunto resuelto, pero viendo tus 3 casos distintos… Mejor no planear nada antes de tiempo, que no estoy ni buscando aún.

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