“Todo sucede por una razón. Ni antes ni después. Las cosas ocurren cuando tienen que ocurrir”.
Me hago a menudo esa reflexión porque he llegado a la conclusión de que es absurdo batallar contra el destino o desear que ocurra o no ocurra algo si en el cauce de la vida está previsto que ocurra.
Muy filosófica y refranera me he levantado hoy, lo sé, pero es un sentimiento que llevo tiempo interiorizando y que así trato de transmitir a mis amigos cuando están apurados por un tema que se escapa de sus manos.
Me casé muy joven porque todo nuestro afán era ser padres rápido. Sin embargo, el peque tardó en venir cinco largos años. No es que lo buscáramos durante ese tiempo y no llegara sino que cada vez que barajábamos la idea de buscarle surgían mil obstáculos que nos lo impedían: trabajo, dinero, salud, familia… Durante ese tiempo recuerdo que me martirizaba pensando en el tiempo transcurrido y en lo lejos que parecía estar de alcanzar mi sueño.
Sin embargo, cuando tuve a mi hijo en brazos supe que aquel había sido el momento preciso. Ni antes ni después. Todo el cúmulo de situaciones vividas me había llevado hasta él y de no haber sido por ese “ahí” y ese “ahora” las cosas habría sido muy diferentes y mi niño no sería mi niño.
Pero soy de naturaleza nerviosa y planificadora y al poco tiempo de nacer mi hijo, y a pesar de creer que había asumido aquella lección de vida, de nuevo me entraron las ganas de controlar todo aquello que no podía controlar. Esta vez quería un hermano para mi hijo y que se llevara exactamente con él dos o tres años. Otra vez el destino y sus baches me enseñaron que planear no está bien; que las cosas no siempre son como uno quiere y que cuando ocurren o no ocurren es, sencillamente, por alguna poderosa razón.
Así que aquí me hallo; escribiendo este post mientras noto a la Pulgui aletear en mi tripa, pensando en que este no era el momento que yo tenía pensado para ella pero que, sin embargo, está aquí porque la vida así lo ha querido.
Tengo una amiga que busca un bebé desde hace meses. Se agobia porque suena demasiado cerca su tic tac biológico y yo siempre le digo lo mismo: deja a la vida fluir. Las cosas vendrán cuando tengan que venir y sucederán por algo.
¡Nunca sabemos las cantidad de cosas buenas que nos tiene preparado el destino! Sólo hay que saber esperar…
Es una filosofía budista preciosa pero tannnnnn difícil de poner en práctica para las que somos planificadoras por naturaleza…
Un besito y disfruta de esas pataditas abriéndose a la vida.
Jajajaja! Ya te digo que si cuesta!
Di que sí. De nada sirve querer apurar las cosas y angustiarnos porque no salen. Todo llega cuando debe llegar. Eso sí, cuesta muchos tropiezos darse cuenta, y por más que te lo diga alguien…hasta que no lo ves por ti misma sigues erre que erre. Buena reflexión y un post para recordar. Un beso y ánimo con ese embarazo!
Cuesta muchos tropiezos, como dices, y cuando crees que lo tienes bien asumido e interiorizado es fácil tropezar de nuevo 🙁
Ay amiga, para que luego digan que la maternidad no empodera. A ti te está sentando divinamente, te ha vuelto más serena, te ha ayudado a reflexionar mucho, te está volviendo más sabia 🙂
Todo en la vida ocurre por un motivo, en un momento dado y con un fin preciso. Pero de esto ya hemos hablado tú y yo en alguna ocasión.
No me cabe duda que la Pulguita será muy especial y su llegada supondrá un punto de inflexión importantísima en tu vida y en vuestra familia.
Un beso 🙂
Me encanta tu reflexión Belén, como siempre ¡muy zen, muy tú! 😉
Cierto!! Intento ver las cosas todos los días en esa perspectiva!!
Es que si no intentamos hacer ese ejercicio nos podemos volver locos!
Hermosa reflexión. Muchas gracias por recordarmelo, esto me da fuerzas para seguir tras mis sueños
Estoy de acuerdo, al final tanta organización no sirve más que para las cosas cotidinas, la vida y el destino tienen su camino hecho, y las cosas, buenas y malas, llegan cuando tienen que venir.
Eso es así, nos guste o no, queramos tenerlo más o menos atado 🙁
Es verdad. Todo pasa por una razón. Recuerdo que en el 2008 y dejé mi trabajo por un problema personal en la empresa donde trabajaba. De no haber sido por eso, nunca me hubiese decidido a dejar esa empresa, ya que tenia muchos años de laborar en ella. Pues sucedió algo que me obligó a renunciar e irme lejos hasta Europa. Luego de año y medio, en Diciembre del 2009, tuve que regresar a mi tierra porque faltó mi abuelita. En Enero del 2010 me ofrecieron una excelente oportunidad de empleo. Justo en ese mismo mes de Enero, un primo me invintó a su casa en EE.UU, con todo pagado. No tenia que gastar dinero para nada. Aún así, me sentia atada de pies y manos. Era algo involuntario que no me permitia moverme. Solo sabia que no podia realizar ese viaje. Ya luego en esos dias me llamaron para que fuera a la entrevista de trabajo. Ya en el mes de Febrero comenzé a trabajar para dicha empresa. Era un super trabajo y si me hubiese ido de viaje, hubiese perdido esta gran oportunidad. Luego entendí lo inexplicable que sentia de no poderme mover, es decir, el obstáculo que sentia para no poder viajar.. este era mi momento, encontrar este excelente trabajo. Mi padre me decia que para que habia ido de viaje, si aqui hubiera podido conseguir un mejor trabajo. El no entendia que mi momento era esa, cuando regresé y encontré este excelente empleo, gracias a Dios. Por eso tengo claro, que no es cuando queremos las cosas, es cuando tienen que pasar. Una serie de eventos se desatan para llevarnos a nuestro proximo destino.. hay una cadena misteriosa que se encarga de unir las cosas entre si.
¡Me ha gustado mucho tu historia y la frase del final “hay una cadena misteriosa que se encarga de unir las cosas entre sí”! ¡Cuánta razón tienes!
El destino…… Se puede luchar contra esto. No al conformismo
Es interesante, coincide con las cosas que me pasan a diario, desde las cosas que tengo que hacer para salir a trabajar, en la casa, desde bañarme, preparar el desayuno, sacar a.mi perro al parque, tomar el ómnibus y encontrar el maldito tráfico de más de una hora, llegar a mi trabajo para encontrar gente malcriada e incompetente que no conocen la palabra respeto y consideración hacia los demás, claro que si! Que es tan pasando las cosas por algo, por esto estoy pensando seriamente en hacer un cambio en mi vida laboral, por que está afectando mi entorno familiar y de pareja. Gracias.
Gracias a ti por compartir tu reflexión. Está claro que las cosas siempre tienen un porqué 🙂
Es facil decirlo para lograr metas o esperar algo bueno pero cuando esperas a un hijo y ya no llegara
Me parece oportuno para este momento que estoy viviendo. Saludos