¿Sobrevivir a la trimaternidad? ¡Mejor vivirla intensamente!

“¿Cómo te apañas con los tres?” Esta es una de las preguntas que más me han hecho en estos casi cuatro meses de trimaternidad y cuando respondo que “muy bien” no suelo dejar indiferente a nadie. Pero es que es la verdad; me apaño bastante bien dadas las circunstancias y la poca ayuda que tengo y realmente pocas, muy pocas veces me veo superada por los acontecimientos.

Y de repente un día, todo se vuelve fácil

“Te admiro”, “Eres mi heroína”, “Te hago la ola”… Me dicen muchas mamás del cole cuando me ven llegar con los dos pequeños a recoger al mayor. Pero nada más lejos de la realidad. Ni soy una heroína, ni tengo súper poderes. Simplemente trato de tomarme las cosas de la forma más relajada posible, siendo consciente de mis limitaciones, relativizando mucho (¡regla número 1!) y poniendo humor a la vida. Porque no quiero tener que “sobrevivir”, sino VIVIR mi trimaternidad a tope, con todo lo que ello conlleva.

Con sus días buenos y menos buenos. Con mis ojeras de oso panda y mi aspecto cansado. Con la teta fuera todo el día mientras mi cabeza está haciendo deberes con mi Mayor y mis manos jugando con mi hija mediana…

Ser madre de familia numerosa siempre ha sido un sueño que anhelaba poder hacer realidad, aun sabiendo que el día a día con tres niños pequeños no iba a ser nada fácil. Así que ahora que por fin he visto cumplido mi deseo, lo estoy viviendo tan intensamente que no puedo más que agradecer a la vida la preciosa familia que me ha regalado.

Y contestando a la pregunta del millón, ¿cómo me organizo?

En primer lugar, tengo la inmensa suerte de que mi bebé duerme fenomenalmente bien, por lo que despertarme cada mañana no me supone ningún esfuerzo. Desayuno con mi Mayor y Pulguita mientras el Pequeño duerme y cuando despierta le doy de mamar mientras mi hijo se asea y se viste para el cole.

Me gusta dejar las camas hechas y recogidas las habitaciones antes de salir de casa, pero (¡regla número 2!) no me agobio si no me da tiempo a hacerlo. Ya lo haré cuando pueda.

Cuando dejo a mi Mayor en el cole siempre hay algún recado que hacer y si el clima acompaña paramos también en el parque para que mi niña juegue un ratito.

Con un bebé con lactancia materna exclusiva, la complejidad la encuentro en alimentarle cuando me lo pide, ya sea en el coche en el parking del colegio, en el fular mientras compramos, en un banco en la calle o con Pulguita haciendo de las suyas a mi alrededor… ¡En este tema, él manda!

La actividad que demanda mi hija mediana es tan intensa que a medio día suele estar rota de cansancio por lo que le doy de comer prontito y aprovecho su siesta para comer de forma relajada, ponerme al día con el blog o con pequeños trabajos que me salen y compartir un ratito de siesta junto a mi bebé antes de volver al cole.

No, la trimaternidad no deja tiempo al aburrimiento

trimaternidad

Las tardes con los tres niños en casa suelen ser ajetreadas y divertidas. En esos momentos me acuerdo mucho de otra de las frases estrella que suelen decirme: “¡No te debes aburrir!”. Pues no. No me aburro ni un segundo: merienda, deberes, teta, juegos, colorear, hacer la colada, teta otra vez, bañar a los dos mayores, prepararles la cena, bañar al bebé mientras los mayores cenan, ¡otra vez teta!, acostar al bebé, acostar a los mayores, cuento y ¡esperar a papá!.

Hay veces que mi marido llega un poquito antes y le da tiempo a cenar con nosotros, pero normalmente trato de organizarme de tal modo que a las 20:00 horas mi Mayor y Pulguita ya estén acostados, y por fin pueda sentarme a descansar.

Y es que si algo ha cambiado en la familia desde que me convertí en mamá de dos (y mucho más ahora, con tres) son las rutinas y horarios, siendo fundamental para mí guiarnos por un horario europeo. 

No voy a negar que hay días regulares (sobre todo aquéllos de mucho frío o lluvia en donde se hace complejo salir a la calle con tres niños pequeños, carritos, abrigos, paraguas, portabebés, mochila, bolsas…) y otros en los que las rabietas de Pulguita y su continuo “no” son los protagonistas. Pero aún en esos casos siempre saco el lado positivo: es un día en el calendario de mi vida que no va a volver a repetirse y no me gusta desperdiciarlo con quejas o lamentos.

Así que al meterme en la cama cada noche y repasar mi jornada, me siento realmente satisfecha y empoderada. No solo he “sobrevivido” a la trimaternidad, sino que la he vivido intensamente y eso es algo que nadie podrá quitarme.

6 comentarios en «¿Sobrevivir a la trimaternidad? ¡Mejor vivirla intensamente!»

  1. Estoy totalmente de acuerdo contigo!! También soy trillimadre en vías de cuatrimadre y el horario europeo es la mejor opción. En mi casa se cena a las 19’30 y a las 20 a la cama para que papa y mama puedan tener vida adulta y algo de silencio. Ese bien tan escaso…

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  2. Acabo de descubrir tu blog. Con mi Niño de casi 4 años, mi Salsera de 21 meses y otr@ en camino… tus entradas llenas de fuerza y humor, describen la maternidad tal y como es: un bien precioso que te llena de felicidad.
    Gracias por hacernos pasar un buen rato.

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  3. Exacto! El horario “europeo” es la clave. Nosotros cenamos sobre las 7-7:30 (si mi marido ha llegado ya, cenamos también con ellos), y sobre las 8 van a la cama (que no a dormir, pues les cuesta bastante jaja). Al principio aprovechábamos el rato sin niños para hacer cosas pendientes etc., pero últimamente vamos tan cansados, que a las 21h ya estamos en modo off, leyendo en la cama o durmiendo jaja Un saludo!

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