Los síntomas de embarazo pueden variar de una mujer a otra, aunque, por lo general, hay algunos que se presentan de forma bastante común.
Como curiosidad, cabe recalcar que a los nueves meses de embarazo se los denomina “la dulce espera”, pero yo siempre he pensado que ese término fue inventado por alguien que, evidentemente, no sabía lo que es estar embarazada.
Los síntomas de embarazo durante el primer trimestre
Y lo peor es que, a pesar de pasarme la noche en vela me levantaba espídica y con ganas de hacer muchas cosas (¡incluso me daba por pasar la aspiradora a las 07:30 de la mañana antes de ir a trabajar: ¿sería el famoso síndrome del nido anticipado?
Síntomas del segundo trimestre del embarazo
Recuerdo perfectamente el día en que empecé a notar a mi pequeño. Acababa de entrar en la semana 20 y estaba disfrutando de unos días de descanso en la playa. De pronto, comencé a sentir unos leves movimientos similares al aleteo de una mariposa en mi interior. ¡Complicado describir una sensación así, porque no es comparable a ninguna otra que hayas tenido previamente en tu vida!. Instintivamente me toqué la tripa y sonreí: ahí estaba mi niño, haciendo sus primeras piruetas dentro de mi tripa 🙂
En el tercer trimestre parece que el tiempo se detiene
Y en un abrir y cerrar de ojos te das cuenta de que el segundo trimestre ha pasado y piensas que, con la cantidad de cosas que tienes que comprar y preparar para la llegada de tu pequeño, el tercer trimestre se pasará más rápido incluso que el segundo. Pero te equivocas.
El tercer trimestre es el más largo ,pesado, desesperante e incómodo de todo el embarazo. Y cuanto más se acerca el momento, más lejos parece estar la meta… Ya se sabe: ¡lo bueno, se hace esperar!
Del tercer trimestre recuerdo con horror mis tobillos de paquidermo del mismo tamaño que los muslos. Cuando conseguía mirarme los pies, los veía ahí, palpitantes, brillantes y con la piel a punto de resquebrajarse. Una vez se me ocurrió ponerme una pulsera tobillera y por la noche, cuando me la fui a quitar se me había quedado literalmente clavada en la carne…
Lo mismo ocurre con los dedos de las manos, por lo que si tenéis anillos que no os soláis quitar, os aconsejo que lo hagáis antes de llevaros un buen susto.
¡Se acabó el dormir!
Dormir algo a estas alturas del embarazo también se hace difícil por lo incómodo que resulta encontrar una postura. Deberían fabricar colchones con un agujero en medio en donde encajar la tripa y poder pasar la noche un poco más cómoda. Dicen que lo ideal es dormir de lado y con una almohada entre las piernas. Pero en cualquier caso, la mayor de las camas se me quedaba pequeña entre tanto cojín.
El calor y los sofocos nocturnos son otra de las pesadillas de cualquier embarazada, sobre todo si la recta final pilla en verano. Siempre escuché que las embarazadas sienten más calor que el resto, pero no me imaginé que mi cuerpo pudiera llegar a ser una estufa en pleno mes de agosto.
Era horroroso levantarse en mitad de la noche, empapada en sudor, con el camisón pegado al cuerpo y el pelo hecho una maraña. Había noches en las que el calor que sentía era tan inhumano que me tenía que duchar empapándome bien el pelo para poder seguir durmiendo. Yo no soy aficionada al aire acondicionado, pero aquel verano se convirtió en mi mejor aliado. Lo ponía a toda pastilla por la noche y al despertar, fresca como una lechuga, encontraba a mi marido, envuelto en una manta que había rescatado del altillo del armario, acurrucado en un extremo del colchón y pidiéndome por favor que subiera un poco la temperatura.
Un síntoma del que poco se habla
Es normal que a medida que se acerca el momento final, la frecuencia de micción aumente considerablemente. Probablemente tengas que ir al baño cada dos por tres y en ocasiones… quizá no llegues a tiempo (sobre todo si la carrera hacia el cuarto de baño ha sido provocada por un ataque de risa)
Entre la risa y la torpeza de movimiento, el camino hacia el aseo parece hacerse larguísimo y la puerta del baño se ve cada vez más lejana. Resultado: ¿será que he roto aguas?. No pasa nada. Mejor no darle más importancia que la que tiene y agradecer que ocurra dentro del propio hogar y no en la calle o en casa ajena.
Después de haber pasado por este periplo de vicisitudes ya no cabe duda de que las mujeres estamos hechas de una pasta especial y ya nada va a asustarnos. ¿Y el parto?; el parto es tan sólo una “horita corta”, como se suele decir, en comparación con todo lo que hemos tenido que pasar.
Así que si me lees y estás embarazada, y te identificas con alguno de estos síntomas, ¡ánimo! Todo pasa y lo que te espera al final bien merece la pena.
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>hola Silvia!Estoy de acuerdo contigo en eso de que dulce..precisamente no es!jajaja En mi embarazo con Isma estuve como tu..pero ni siquiera tuve nauseas! tuve un embarazo y un parto inveriblemente buenos!…pero hay amiga…en este…estoy de 19 semanas y tengo todos los sintomas habidos y por haber!!! tenia la esperanza de que a las 12 semanas se acabaran…pero no…desgraciadamente y segun mi tocologo…estaré así hasta el último día!!Pero bueno…como dicen por ahí…solo son 9 meses no?? un besito!!!!!!!!!!!!
>¡Hola Yara! Gracias por comentarme!¡Cuanto siento que estés llevando tan mal este segundo embarazo! Lógicamente todo se olvidará cuando veas a tu peque pero entiendo que lo debes estar pasando fatal… Bueno, piensa que te queda sólo la mitad y a lo mejor el tocólogo se equivoca (deseo que sea así!)
Si, la verdad que lo pintan muy idilicamente ….
Yo tambien tuve un buen primer embarazo (excepto por una operación de apendicitis). Mi segundo embarazo esta siendo un poco mas movido, pero tampoco esta siendo malo …..
Ya he leído que estás de baja. Mucho ánimo que no te queda nada y todo sea por el bien tuyo y de ese bebito que viene de camino. ¡Mucho ánimo!