¿Qué nos depara una segunda maternidad?

Fotografía extraída de la web mamaybebes.blogspot.com

El otro día recordaba con mi hermana la llegada al mundo de mi hijo y, curiosamente, estaba envuelta en un montón de lagunas, olvidos y detalles que apenas recordábamos ni ella ni yo.

Las primeras semanas con mi hijo las recuerdo a pantallazos. No tengo un recuerdo nítido y constante de todo el tiempo a su lado y los pocos momentos de claridad que guardo en mi memoria son gracias a  fotos y  vídeos caseros que me hinché a hacer en sus primeros meses. Es curioso pero recuerdo mucho más claramente el día de mi boda (hace 10 años ya) que los primeros meses de vida de mi bebé.

No puedo negar que sentí una felicidad inmensa desde el primer momento en que le vi, que ansiaba con todas mis fuerzas ser madre y que estaba muy preparada y concienciada para ese momento. Tampoco oculto que mi hijo fue un bebé fácil y que salvo su episodio inicial de vómitos y malas noches por la alergia a la proteína de leche de vaca que desarrolló, siempre nos lo puso realmente sencillo. ¿Por qué entonces tengo aquella etapa tan olvidada si tan buena y cómoda pareció resultarnos?

He hablado con otras madres amigas mías que tienen los mismos sentimientos y todas coinciden en decir que la maternidad es algo que nos viene grande. Por muy preparadas y concienciadas que estemos, esos primeros meses con nuestro recién nacido nos superan con creces hasta el punto de que nos dedicamos a “sobrevivir” diariamente en vez de a disfrutar. Sobrevivimos a noches en vela, a cólicos que no cesan, a cambios constantes de pañales, a llantos que no sabemos interpretar… Sobrevivimos como podemos mientras nos miramos al espejo y nos damos cuenta de que no somos ni la sombra de quienes éramos antes de ser madres y, peor aún, desconocemos si algún día esa vorágine de estrés, miedo y preocupaciones constantes en que se ha convertido nuestra vida pasará.

Y mientras vamos sobreviviendo nos perdemos detalles importantes como sus primeras sonrisas en sueños, el tacto suave de su piel cada vez que cambiamos un pañal, su olor a vida, sus ojitos entreabiertos, sus piececitos regordetes… Todos esos pequeños detalles que hacen que las noches en vela y las ojeras merezcan la pena.

Por eso pienso que una segunda maternidad puede resarcir esto. Una madre que se enfrenta por segunda vez a la experiencia de tener un bebé sabe lo que le espera. Conoce un montón de cosas, procedimientos, situaciones… que le hacen actuar con más tranquilidad; saboreando cada minuto con mayor intensidad que lo que lo hizo con su primer hijo. Esa serenidad y esa calma de saber que todo llega y todo pasa nos concede  un aplomo que nos hace ver las cosas desde otra perspectiva. Podemos permitirnos el lujo de pararnos a observar con detalle lo que tenemos a nuestro lado porque ya no se trata de sobrevivir sino de disfrutar.

Hay quien opina que enfrentarse a una segunda maternidad es incluso más estresante pues ahora debemos ocuparnos de dos hijos y no exclusivamente de uno, pero hay quien cree lo contrario, que la madurez de la experiencia te hace afrontar la vida de otra forma y poder permitirte el lujo de retener en la memoria un montón de episodios vividos junto a tu recién nacido que, por uno u otro motivo, se nos olvidó fijar cuando nació nuestro primogénito.

13 comentarios en «¿Qué nos depara una segunda maternidad?»

  1. Ambas maternidades, o terceras y siguientes, imagino, son igual de bonitas y llenas de matices. Es cierto que la segunda nos pilla con más experiencia, no nos asustamos tanto cuando se dan un golpe, o les sube la fiebre sin razón aparente. Los segundos son niños más fuertes y más independientes. El temor de no saber si se estará al igual de cariñosa, o maternal con el segundo se evapora en cuanto lo tienes en brazos. El amor del primer hijo es fuerte, el del segundo lo refuerza.

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    • Qué ganas tengo de experimentar ese “segundo amor” del que hablas porque ¿te puedes creer que no me hago a la idea de cómo será?. Estoy tan volcada en mi hijo, le quiero tanto tanto que a veces pienso que sería incapaz de querer a otra persona igual que a él. De hecho en este embarazo he conectado bastante menos con el bebé que en su día hice con mi peque y eso a veces me da que pensar…

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  2. A ver, qué te diría yo. Pues que es más fácil recordar la boda porque solo es un día que los primeros meses de nuestros bebés, que son muuuuuuuuchos días y cada cual a su manera.
    Cierto es que parece mentira que haya momentos que no recuerde de mi hijo, supongo que es porque son tantas cosas, tan cambiantes, tan diferentes, que no podemos quedarnos con todo o al menos no acordarnos a bote pronto. Pero en mi experiencia la segunda maternidad, aunque te ayuda a asumir las cosas de otra manera, porque la experiencia es un grado, cierto es que lo que ganas en experiencia lo pierdes en no tener un único hijo en exclusiva.
    Yo no pude disfrutar tanto de mi hija como del mayor porque, a pesar de que fue un bebé maravilloso, que no daba nada de trabajo, no me podía dedicar a ella en exclusiva, tenía que darle a mi hijo mayor lo mismo o más, y fueron muchas las veces en las que he tenido que dejar a la peque de lado gracias a que “era muy buena” para dedicarme al mayor. Y cierto es que siento que no disfruté tanto a la niña como debiera.

    Lo bueno es que ahora la estoy disfrutando muchísimo, Iván ya tiene 5 años y medio, es mayor y bastante independiente y desde los 12 meses más o menos puedo estar mucho más pendiente de mi niña,

    Y si te digo que la doble maternidad se te come las fuerzas, dos niños no dan el doble de trabajo, dan el triple como mínimo jajaja, pero no te asustes, que se aguanta.

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    • Jajaja! Eso he oído: que dos hijos no duplican el trabajo sino que lo multiplican por cinco!!!! Ya te contaré pero me encanta leer vuestras experiencias porque creo que puedo aprender mucho, sobre todo en esos momentos de absoluto estrés y caos que seguro que surgen.
      Un beso fuerte!

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  3. Hola Silvia,
    como ya te han dicho por aquí la doble maternidad da mucho trabajo, pero se sobrevive 😉 También es cierto que en mi caso parece que no disfrute tanto de la niña por el tema de que tengo que estar al cuidado del niño, que aunque no tenga celos requiere mucha atención. Aún así, intento disfrutar al máximo de ella, de sus sonrisas… al menos dando el pecho es momento de relax y conexión, pues aunque a veces tenga al otro peque por ahi curioseando como toma su hermana la leche, ese momento es el que la observo, miro sus manitas, e intento conectar con ella.
    Otra cosa te digo, aunque el trabajo se triplica, tu vas con más experiencia y parece mentira de las fuerzas que pueden surgir de ti para criar a dos niños. Es cansado pero gratificante.
    Enseguida tendréis a Pulguita con vosotros, qué ilusión!
    Un besito!

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    • Claro! Aunque la vorágine del día a día sea una locura de lo que se trata es de encontrar ese punto de equilibrio, ese momento de relax y conexión con el bebé recién llegado.
      Me encanta tu punto de vista. Yo también creo que al ir con más experiencia las cosas se deben ver de otro modo. ¡Ya te contaré!
      Un beso fuerte!!

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  4. Leyéndote he aprendido hoy algo, para cuando llegue el momento de la llegada de mi primer bebé, no olvidaré tus palabras, aunque no duerma y esté agotada, me pararé para deleitarme en esos pequeños detalles de los que hablas.
    A veces también se aprende mucho de las experiencias de otras madres (claro q nada como vivirlo una misma).
    Así que gracias por mostrarme esa parte que un día no querré haber olvidado.
    De todos modos el agotamiento podrá conmigo, pero haré un esfuerzo. Aunque hayas olvidado detalles recuerdas perfectamente lo fundamental, todo merece la pena.

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    • Sí!! Es importante que lo hagas. La gente te dice siempre “aprovecha, que el tiempo vuela”, pero por muy grabada en la mente que tengas esa frase hay veces en las que cuesta mucho disfrutar intensamente de esos días. Y el tiempo no vuelve y luego se echan de menos esos pequeños detalles.

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  5. Te deparará muchas cosas Silvia : agobios, falta de sueño, falta de horas en el día…pero tb te deparará lo más bonito: volver a tener un bebé, el doble de amor, sonrsas y sobre todo el derretirte de amor al ver la conexión brutal de pulguita y de tu angelito. ,;). Disfrútalo mucho preciosa. Besiños

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