Hoy quiero escribir sobre el plan de parto por cesárea que hice para el nacimiento de mi niña. Como ya he comentado en alguna ocasión, tanto mi marido como yo teníamos muy claro qué cosas nos gustaron de mi primer parto y por tanto queríamos repetir, y aquellas que, por el contrario, deseábamos cambiar. Os lo comparto en este post, por si vais a pasar por una cesárea y os puede servir de utilidad.
Plan de parto por cesárea durante la operación
En lo que respecta al momento exacto de la operación, en mi plan de parto por cesárea contemplé las siguientes peticiones:
Estar acompañada de mi marido
Pedí que dejaran entrar a mi marido a la cesárea aunque, como me imaginaba, con esta petición di en hueso. Me dijeron que no podían entrar familiares porque se trataba de una cirugía mayor abdominal realizada en un quirófano y no en un paritario, como ocurre con los partos vaginales. Aún así, como comenté cuando relaté cómo fue mi cesárea, me sentí tremendamente acompañada en todo momento por el equipo médico que me asistió.
En cualquier caso, aunque sabía de antemano que me denegarían esta petición, nunca hay que resistirse a pedirlo porque en muchos hospitales están empezando a levantar la mano con esto
(EDITO EL POST para añadir que en mi tercera cesárea pude hacer realidad esta petición)
Manos sin atar
Pedí que no me ataran las manos en cruz como hicieron en mi primera cesárea. Aquel momento me marcó muchísimo por lo desagradable que fue y la impotencia tan grande que sentí. La anestesista respetó mi petición, aunque me explicó que se hacía para evitar que la mujer metiera las manos en el campo estéril de la operación, ya que esto podía llegar a ser muy peligroso.
Estar acompañada de mi bebé en reanimación
Pedí quedarme con mi bebé durante el tiempo que debiera permanecer en reanimación. La petición no me la aceptaron íntegramente, pues me explicaron que la sala de reanimación está para poder atender de manera urgente a la madre en caso de sobrevenir cualquier problema derivado de la operación. En este sentido, no puede haber obstáculo que impida la atención inmediata de la madre, y el bebé se considera un obstáculo.
Sin embargo, sí me permitieron permanecer al lado de mi hija nada más nacer mientras me cosían. La matrona sostuvo en brazos a mi bebé, bien pegadita a mi cara, así que pude besarla, hablarla, acariciarla y mirar su carita con todo lujo de detalles. Este momento me fue robado con mi primer hijo, pues me lo enseñaron por encima de la sábana y rápidamente se le llevaron a pesar y medir.
Referente al post-operatorio y alimentación del bebé
Sobre los momentos inmediatamente posteriores al parto, en mi plan especifiqué lo siguiente:
De quirófano a planta, sin pasar por reanimación
Pedí que no me mantuvieran en reanimación tras la operación, sino que me llevaran directamente a planta. Pero, como he comentado más arriba, me explicaron que el paso por reanimación era imprescindible tras una cesárea, aunque intentarían mandarme a la habitación lo antes posible. Y así fue. Tan solo estuve 20 minutos, ¡todo un avance, comparado con las casi dos horas que permanecí separada de mi hijo tras mi primera cesárea!
Piel con piel
A falta de poder hacer piel con piel con mi bebé nada más nacer, pedí que se la dieran inmediatamente a mi marido. Especifiqué también que le hicieran las pruebas neonatales estrictamente necesarias para no demorar el primer encuentro con su padre, y que el resto de pruebas le fueran practicadas más adelante. Además, también solicité que no bañaran a mi hija, no le retiraran la vérmix caseosa y no la vistieran.
Todos mis deseos fueron respetados, y tras hacerle el test de Apgar mi hija fue entregada a mi marido envuelta tan solo en una manta y con un gorrito. Una enfermera le ayudó a colocarse al bebé en su pecho, atenuó las luces de la habitación y le explicó que tan solo debía acariciarla y susurrarla hasta que yo llegara.
A falta de mamá, mi niña estuvo acurrucada en el pecho de papi, ensangrentada aún y únicamente cubierta con un suave arrullo y el calor que desprendía el pecho de mi marido
El resto de pruebas le fueron practicadas en nuestra presencia, y también nos trajeron una bañera para poder bañarla en la habitación cuando lo deseáramos, aunque nos recomendaron esperar al menos 24 horas.
Nada de leche de fórmula, y en caso de necesitarlo que fuera hidrolizada
Pedí que no se le alimentara con leche de fórmula, y en caso de necesitarla que tuvieran preparada leche hidrolizada, dados los antecedentes de alergia a las proteínas de leche de vaca de su hermano. Debido a las grietas dolorosísimas que tuve al poco de nacer mi hija, decidí extraerme el calostro de manera manual, y en el hospital me ofrecieron jeringuillas para dárselo, utilizando el método dedo-jeringa.
Referente a las visitas
En resumen diré que pudimos disfrutar a tope de nuestro estancia en el hospital porque supimos controlar perfectamente este tema. Las vistas fueron escasas (las justas y necesarias), muy breves y escalonadas. Esto nos permitió tener mucho tiempo para nosotros, para irnos conociendo y para poder descansar. Además, la peque estuvo pegada a mi pecho los tres días que estuvimos en el hospital, siempre desnudita y en contacto con mi piel. No tocó la cuna en ningún momento ni tampoco pasó de brazo en brazo.
Gracias al plan de parto/cesárea que elaboré pude tener el parto por cesárea y recuperación que siempre había deseado y el que también me hubiera gustado tener con mi hijo pero que no fue posible por mi inexperiencia y desconocimiento.
Una vez realizado el plan de parto por cesárea, ¿qué hacemos?
El plan de parto debe tener tres copias, que serán entregadas:
- Una en el Servicio de Atención al Usuario del hospital o maternidad donde vayas a dar a luz.
- Otra tendrás que entregarla en el Servicio de Ginecología y Obstetricia del hospital, o bien directamente al ginecólogo que te vaya a atender.
- Y otra la entregarán en el Servicio de Neonatología.
Todas las copias que entregues deben tener acuse de recibo, y lógicamente tú te quedarás con otra que llevarás contigo en el momento del parto. Lo ideal es entregar las copias entre la semana 28 y 32, aunque podrás modificar tus deseos hasta el último momento antes del parto.
Recomiendo a todas las futuras mamás que hablen con sus médicos o matronas semanas antes del parto y expongan claramente lo que desean que suceda durante el parto, y también en el caso de cesárea. Es cierto que en este último caso hay aspectos que tenemos más limitados por las características especiales de la intervención, pero es posible lograr muchas de las cosas que planteemos.
Más información sobre la elaboración de un plan de parto y nacimiento pinchando AQUÍ.
Bonito leer planes de parto respetados 🙂 Gracias por compartirlo y por escribir más detalles de cómo fue el parto. Saludos desde Budapest
Sé, la verdad es que siempre debería ser así y no ser una excepción, pero, por desgracia, aun queda camino por recorrer.
Besitos
El lunes me lanzaré yo a contar mi experiencia con las visitas en el hospital… ¡supongo que también tendrás tema para rato! No tenía ni idea de que el protocolo de las cesáreas incluyesen esa parte de inmovilizar los brazos. Debe ser una sensación de lo más desagradable.
Para mí sin duda fue lo peor!
En esta semana quiero contar yo mis crónicas de visitas, a ver qué te parecen! 😉
Como ya te he comentado en alguna otra ocasión me siento tope identificada contigo en este aspecto y si llego a tener otro peque tengo claro de hablar estos temas antes con el equipo médico.
De mucha ayuda el conocer también tu experiencia 🙂
Feliz fin de semana.
No hay nada como hablar con tu médico, temer una confianza y que traten en la medida de lo posible cumplir tus deseos. Se va mucho más tranquilla y el momento se vive de otra forma. ¡Me alegra que te haya gustado!
Hola, yo también tuve una cesárea, en mi caso porque no evolucionaba el parto y también me ataron. Para mí no fue traumático eso porque no podía parar de temblar entre el frío y los nervios y no estoy segura de que no me hubiera caído de la camilla de no estar atada. Mi chico no pudo entrar (por lo mismo que te dijeron a ti) y nada más nacer la niña me la pusieron en la cara para conocernos mientras los médicos acababan de sacar la placenta y coserme.
Nos separamos unos minutos mientras la pesaban (yo podía verla perfectamente desde la camilla) y la sacaron a que la conociera la familia, yo creo que fue poco rato porque en cuanto me sacaron a reanimación ya la tenía encima mamando con mi chico al lado. En mi hospital (Fundación Jiménez Díaz, yo parí por lo público) no se llevan a los bebés al nido y, menos la prueba del talón, todas las revisiones se hicieron delante de nosotros. No le dieron leche de fórmula y, aunque en otras cosas se pasaron el plan de parto por el forro (me pusieron enema y me rasuraron, cosas que pedí que mejor no) en general me sentí bastante respetada y pasé mucho tiempo con mi peque.
Un saludo!
La verdad es que por lo que cuentas fue bastante respetado. Me alegra que a tí no te traumatizara lo de las manos… para mí fue horroroso y cuando recuerdo el nacimiento de mi hijo es lo primero que se me viene a la mente.
En cuanto al rasurado y el enema, a mí no me obligaron pero en mi primer parto sí. Por lo que veo las cosas van cambiando.
¡Saludos y gracias por pasarte por mi blog!
Suscribo tu experiencia, yo he tenido dos cesáreas y la segunda fue mucho mejor que la primera porque pude hablar con mi ginecólogo gracias a que ya sabía como iría todo al haber tenido una cesárea previa.
En mi caso, la primera vez me ataron un brazo a la mesa de operaciones porque la anestesia me provoco temblores y no paraba de moverme, pero cuando me acercaron al niño arranqué literalmente la sujeción de la mesa, jajaj.
Gracias por compartir tu experiencia para que otras madres pidan un plan de parto aunque sea una cesárea
Qué malos son los temblores… ¡es algo súper desagradable! Pues fíjate que yo lo pasé peor en la primera porque al tener los brazos atados me chirriaba el cuerpo entero. Con la segunda, el hecho de tener los brazos libres me dio más tranquilidad para afrontarlo de otro modo y no tengo tantos recuerdos de los desagradables temblores.
Estabas bien preparada! En ninguno de mis dos embarazos hice plan de parto, aunque sí es cierto que con la primera, me estuvieron preguntando a cada rato si quería epidural, si quería otra posición, etc…
Con la segunda, no tuve ni tiempo!
¿Fue muy rápida la segunda? Por lo que cuentas, tu primer parto fue muy respetado también. No hace falta hacer plan de parto si confías en el equipo médico y el protocolo del hospital, pero no siempre es así. ¡Tuviste mucha suerte!
¡Lo de los brazos no lo sabía! Lo añado inmediatamente a mi plan de cesárea…
Hay hospitales donde no lo hacen pero he leído muchos relatos de cesárea donde es lo primero que hacen y es una práctica realmente horrible!