Hace algunas semanas me vi envuelta en una situación surrealista que me desbordó bastante. Me encontré de pronto discutiendo con una persona allegada a mí, acerca de los horarios que seguimos en casa por el bien de mi niño, tratando de explicar el porqué de dichas rutinas y justificándome, sin saber muy bien el motivo, por seguir aquellas pautas.
Por desgracia no es la primera vez que nos encontramos con estas desagradables situaciones pues han sido varios los momentos en los que familia o amigos han entrado a juzgar si somos o no estrictos con las rutinas, si deberíamos saltarnos NUESTRAS normas en determinados momentos, si estamos malacostumbrando al niño…
Lo gracioso del tema es que las personas que cuestionan los horarios y rutinas de las familias con niños no tienen hijos o si los tienen son ya tan mayores que olvidaron lo que supone que un niño dé mala noche, madrugue un fin de semana más que el sol, no quiera dormir siesta o no permita hacer planes un fin de semana porque a las 19:00 horas se duerma en la punta de una lanza.
Hay gente que continuamente te pone entre la espada y la pared proponiéndote planes que, por más vueltas que des, no hay por donde coger, como salir de cena, ir al cine con el niño cuando ya ha anochecido, o llevar al peque al parque a partir de las 20:00 horas. Cuando te excusas diciendo que a las 20:00 ya es tarde para el niño te saltan con que ya tiene 4 años, que no es ningún bebé y que ¡encima es sábado!. Entonces entras en el bucle de dar explicaciones y de intentar hacer ver a tu interlocutor que el peque se ha levantado a las 07:00 de la mañana y que no ha dormido siesta por lo que está tan agotado que salir al parque a as 20:00 no es la mejor de las ideas. Pero ningún argumento les sirve y siempre encuentran la forma de rebatirte haciéndote sentir rara por criar de la forma en que lo haces.
En casa no somos estrictos con los horarios sino que nos ceñimos a las necesidades que mi hijo nos va marcando. Entre semana solemos hacer poca vida social a la salida del colegio. Dejo un ratito al nene que meriende con sus amiguitos en el parque y acto seguido regresamos a casa. Le baño muy pronto y por regla general a las 19:45 horas está ya durmiendo porque así lo decide él.
Los fines de semana sus horarios internos no cambian, por mucho que haya gente a la que le cueste entenderlo. Mi hijo sigue madrugando y su nivel de actividad va in crecendo a lo largo de toda la mañana, lo que hace que a las 20:00 de la tarde esté, literalmente, destrozado de cansancio.
¡Qué más quisiera yo que entendiera que en fin de semana puede dormir si lo desea hasta las 11:00 de la mañana o que si se echara una buena siesta podríamos alargar la tarde para hacer un sinfín de actividades!
Pero es lo que hay en este momento y hasta que no vaya madurando y sus horarios se vuelvan poco a poco más adultos sabemos que toca renunciar a muchos planes de tarde-noche, no por nuestra comodidad o manías – como muchos creen- sino por su bienestar.
El otro día hablábamos con unos amigos con un niño de la edad del nuestro sobre este tema y nos reíamos pensando en las fiestas, trasnoches y cenas que nos pegamos durante varios años, antes de ser padres. Ahora “las fiestas” las montamos por la mañana y consisten en parques, salidas al campo o comidas juntos sabiendo que a las 18:00 horas toca poner en práctica aquello de “cada mochuelo a su olivo”. ¡Quién nos ha visto y quien nos ve!
La verdad es que yo hace tiempo que dejé de dar explicaciones, me vuelvo a casa cuando me da la gana y punto.
Mi hija mayor decidió que no había más siesta cuando nació la pequeña, tenía 28 meses, y a partir de ahí yo sé que ella para las 21h ya no puede más y si en un momento determinado se nos hace tarde ella se quedará dormida en cualquier esquina. Es más, se ha dormido cenando y se ha caído de la silla!! y es porque ella siempre quiere aguantar más. Pero no tiene nada que ver aguantar en casa que hacerlo por la calle.
Yo la mayoría de las discusiones las he tenido por culpa de comparaciones con familias que pasan de los horarios (porque las hay), comparaciones con padres que fuerzan a los peques a aguantar o a dormir en la calle en la silla para poder seguir haciendo lo que quieren hacer y eso es lo que más me ha jodido, que al final por respetar los ritmos de mis hijas el tema es que yo soy una inflexible o “ya no tengo vida”
Así que como te digo, ya paso de todo el que me venga con estas historias…
Un beso
Haces muy bien. Cada familia debe hacer lo que crea y considere mejor para la estructura familiar y por supuesto para los niños y nadie debería meterse en ello. ¡Ya sólo faltaba!
Pues me siento muy identificada con tu entrada, salvo que yo no le doy explicaciones a nadie, mis hijos se levantan a las 7.30 de la mañana y a las 8.30 están durmiendo, tienen tres años y ya no hacen siesta. Y para nosotros esos horarios son inamovibles porque mis hijos a partir de las 7 de la tarde mis hijos no son personas, y me he negado siempre a que duerman de cualquier forma o en cualquier sitio o a intentar que aguanten.
Y claro somos los raros porque en el buen tiempo nosotros casi nos retiramos para casa a la hora que mucha gente sale.
Pero como te decía nunca doy explicaciones…
Tus peques tienen el mismo horario que nosotros.
Yo antes, cuando era más pequeño, sí que le dejaba que se durmiera en la sillita. Él no tenía problema en hacerlo (se quedaba dormido en cualquier sitio) y por un lado pensábamos que era mejor que no se acostumbrase sólo a dormir en su cuna por si algún día nos pilaba fuera de casa y por cualquier circunstancia se nos echaba el tiempo encima y le pillaba hora de siesta o noche. Pero ahora la silla ha pasado a mejor vida y lógicamente no es plan de que se quede dormido en la silla de un restaurante o en la butaca de un cine por hacer planes a unas horas que no van con él.
Haces bien en no dar explicaciones pero a veces es tan difícil morderse la lengua…
Me identifico plenamente… lo peor de la situación es que te comparen con las cuñadas (en nuestro caso), que hacen lo que les da la gana y cuando quieren, que no trabajan fuera de casa y sus hijos si comen a las 4 de la tarde y un potito pues qué bien… pero es que mi vida es otra, trabajamos los dos fuera de casa y a mi hija siempre le hemos respetados sus horarios, siempre… a consta de los nuestros… y encima los “raritos” somos nosotros???
Las comparaciones son odiosas porque cada familia hace lo que considera mejor y no hay una única y correcta forma de actuar. Si a tus cuñadas les va bien no tener horarios pues estupendo por ellas pero hay que respetar a otras familias que sí quieres establecer unas rutinas y sobre todo no comparar.
¡Animo!
A nosotros nos pasa lo mismo, la gente no llega a entendernos con nuestros horarios y nuestras rutinas, y como dice MisMellis, cuando llega el buen tiempo cuando nostros nos subimos mucha gente es cuando sale. Yo también intento dar explicaciones pero muchas veces se hace pesado porque la gente insiste y no intenta comprenderte o respetarte.
La gente es muy insistente y continuamente te ponen entre la espada y la pared con proposiciones. Cada familia sabe lo que tiene que hacer y nadie debería meterse, ¡ni si quiera opinar!
Que razón tienes!!!
Es puro sentido común que ya se sabe que es el menos común de los sentidos 😉
Pues chica, yo hago lo mismo que tú, mis hijas tienen la rutina establecida, y cuando se acerca la hora de las duchas y las cenas, están ya subiéndose por las paredes. Incluso el fin de semana, que aunque soy más permisiva, siguen con sus horarios. A lo mejor se extienden una media hora o una hora más, pero no sale “rentable” porque siguen madrugando
Una de sus tías, al llegar el finde me dice que para qué les mantengo los horarios, que al día siguiente ya se despertarán tarde, pero tururú que te ví, que las conozco, y sé que no. En fin, cada madre tiene sus trucos, y educa a sus mochuelos como bien sabe.
Besos!
Jajaja! Me río por no llorar porque a mí también me sueltan mucho la frase esa de por qué no soy más permisiva con sus horarios los fines de semana. No se enteran que yo no mando, que es el niño el que se despierta cuando quiere. ¿Que querrá la gente que haga? ¿Que le ate a la cama para que no pueda levantarse hasta las 11:00 de la mañana?
¡Ay! Que paciencia!
Como si un niño entendiese la diferencia entre el fin de semana y un día de diario.
Nosotros desde que tenemos al peque hemos cambiado los planes de las cenas por las comidas, pero claro, es fácil cuando mis amigos también tienen peques, como intentes quedar con alguien que no los tiene… se acabo la comprensión.
Ya ves! Es que hay gente que se cree que se les puede programar, como a los robots!