#Elpoderdelamor, una experiencia real y una reflexión al respecto

Hace unos días dio a luz una amiga mía. Era su primer hijo y lógicamente estaba como loca ante la llegada al mundo de su bebé. Sin embargo no todo salió como ella quería y el parto se complicó un poquito y duró bastante.

En cuanto ingresó en el hospital me mandó un mensaje al móvil y yo, muy prudente con el momento que estaba viviendo, no quise molestarla y esperé paciente a que me notificara el nacimiento de su pequeñín. Pero cual fue mi sorpresa cuando a los diez minutos de decirme que había ingresado me salta la alarma de creación de un nuevo grupo de wasapp en el que esta chica me acababa de agregar. Era un grupo compuesto por varias amigas suyas para irnos relatando su parto, adjuntando archivos de audio y fotos de todo lo que iba aconteciendo en la habitación.

Durante un día y medio el wasapp estuvo pitando sin descanso: la protagonista narrando su parto en directo y el resto de integrantes del grupo opinando, aconsejando y recordando sus propios alumbramientos. Acabé no sólo saturada de tanto mensaje sino apenada por lo que estaba viviendo. En más de una ocasión me entraron ganas de escribir un mensaje privado a mi amiga para aconsejarle que dejara de lado el móvil y se centrara en lo que estaba pasando en su cuerpo; que conectara con su bebé y absorbiera aquellos momentos únicos como si no hubiera un mañana. Estaba segura de que, pasado el tiempo, se arrepentiría mucho de no haber vivido aquel día tan especial con la paz y la concentración que se merece. Pero pensé que si ella había optado por vivir así su parto ¿quien era yo para aconsejarle que hiciera lo contrario?, así que continué asistiendo pesarosa al circo de wasapps.

Nada más nacer nos dedicó la primera foto familiar pero lejos de alegrarme no pude reprimir la pena que me invadió al contemplarlos. Era un selfie de la pareja con sus caras pegadas a la cuna de plástico donde dormía el recién llegado bebé. Distintas versiones de la misma foto inundaron sus RSS a lo largo de aquel día.

Entonces me dio por pensar en cómo habría sido su parto y la llegada al mundo de su hijo de no haber existido la tecnología. Probablemente ese niño no estaría en una cuna sino en los brazos de su madre con unas manos libres que le acariciarían y no estarían ocupadas con un teléfono móvil. Probablemente la mente de esa madre estaría puesta en su bebé, en darle el pecho y en susurrarle, no en publicar en sus redes sociales fotos, comentarios y actualizaciones de estado. Y probablemente habría tenido un parto soñado, grabado a fuego en su memoria por la intensidad que provoca un momento tan especial.

Días después de este hecho me llega el vídeo #elpoderdelamor (Pinchar para ver) que, irremediablemente, me hace recordar el parto de mi amiga. Y una vez más me hago esta reflexión, ¿las nuevas tecnologías están creando un abismo entre los seres humanos? ¿El contacto físico, el amor y las emociones están quedando relegados a un segundo plano? ¿Importa más lo que vemos o plasmamos a través de una pantalla que lo que tenemos delante de nuestras narices?

¡Ahí lo dejo pero, desde luego, da que pensar…! #elpoderdelamor

Si quieres ver el vídeo: http://bit.ly/1qUIDzR

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9 comentarios en «#Elpoderdelamor, una experiencia real y una reflexión al respecto»

  1. Tienes toda la razón , me parece ya una obsesión incontrolable lo que tiene la gente . Creo que hay cosas que deben seguir guardandose para el disfrute familiar . Hay una obsesión por mostrar lo que sea . La tecnología no es mala , lo malo es el uso desmesurado que estamos haciendo de ella .
    Antes de acabar el curso , mi hijo de 10 años me dijo que quería hacerse instagram porque todos los de su clase tenían y para verse en verano . Yo no tengo esto , y bueno al echar un ojo para ver lo que me decía era cierto , pues le dejé que se lo hiciera pero charlando con el porque me parece increíble que niños que ni siquiera conoce le pinchen para hacerlo contacto porque están obsesionados con ver quien tiene el número más grande . Así que como siempre le expliqué la importancia de la amistad y que aquellos niños ni los conoce , entre otras cosas.

    http://serendipeandoagusto.blogspot.com.es/

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    • Pufff… a mí el uso de redes sociales e internet por parte de los niños me da mucho miedo, lo confieso. Aún me pilla lejano pero cuando me enfrente a ese momento espero estar a la altura y saber hacer entender a mi hijo lo bueno y a la vez malo que puede ser Internet y el respeto que debe tenerse a las nuevas tecnologías. Seguro que tú lo hiciste de maravilla con tu hijo! Gracias por darme otra visión,

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  2. Vaya, un momento tan íntimo, y tan lleno de amor, visto y leído por tantas personas, que aunque sean amigas, no dejan de ser un círculo externo.
    Hay veces que las NNTT no ayudan a acercar a las personas, como en el caso que nos cuentas, en otras, debido a la lejanía, te facilita el que se conozcan personas entre sí (como un nieto con su abuela que vivan en diferentes ciudades o países).

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    • Sí, eso es cierto. Gracias a las nuevas tecnologías además podemos recuperar contacto con personas que creíamos que habíamos perdido la pista y eso siempre es muy bonito. Pero como el contacto físico, la conversación cara a cara y el café con una buena conversación no hay nada 😉

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  3. Cada cual es libre de elegir como vivir sus propias experiencias, sin embargo a mí me parece también muy triste.
    Mi parto fue rápido y precioso, me gusta rememorarlo, se que me dolían las contracciones, pero recuerdo cada momento, mis técnicas de respiración para tolerar el dolor y no asustar a mi marido, mis bromas y risas del personal sanitario, los pujos y… el empujón final, mi niño en mi pecho y ya no lo despegaron de mi mas que 2 min para pesarlo y poco mas. La cuna de hospital ahí se quedó muerta de risa… Lo mas bonito e intenso, con los 5 sentidos… (los 6 si cuenta el instinto) puestos en el bebé.
    La tecnología es como todo, mala si se abusa y empiezo a creer que nos deshumaniza.

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    • Toda la razón. La tecnología de por sí no es mala, somos nosotros los que hacemos malas las cosas por el (mal)uso que le damos. Que bonita descripción de tu parto! Aunque breve he podido imaginarme los preciosos momentos que viviste 😉

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  4. Yo creo que las tecnologías no son las que nos deshumanizan ¡que eso ya lo traemos de serie! Mira, en casa tenemos de todos los cacharros habidos y por haber pues ¿te pueden creer que no tenemos ni una sola foto de nosotros con la niña en el hospital? Y las fotos me encantan, pero en aquellos momentos no pensaba en retratarme para la posteridad, sino en vivir el momento (y ahora no tengo ni un recuerdo de mi paso por allí. ¡La niña creerá que apareció en este mundo por generación espontánea!)

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    • Jajajajaja, ¡por generación espontánea! Me parto contigo!
      Yo sí tengo muchas fotos del hospital pero todas porque me las hicieron porque yo no solté a mi hija de mis brazos más que para ir al baño. Pero sí que creo que hay gente que vive obsesionada con narrar todo en redes sociales, colgar fotos, compartir pensamientos… Está bien porque las RSS, como decía Marta, pueden incluso acercar a las personas, pero según que uso las demos pueden también hacer mucho daño.

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