Uno de los post más leídos del blog es en el que cuento las curiosas reacciones que tuvo la gente cuando anuncié mi tercer embarazo. Muchas lectoras se sintieron tremendamente identificadas con las frases y situaciones que comentaba en el artículo, y es que en un país donde la media de hijos por pareja es de 1,33, no parece descabellado pensar que la gente vea a las familias numerosas como una especie en serio peligro de extinción.
En este primer año de trimaternidad, las frases y comentarios que escucho siguen estando a la orden del día. En la cola del supermercado, en la puerta del colegio, en el parque… siempre hay alguien que tiene algo que comentar cuando me ve con los tres niños. Con el paso del tiempo he dejado de prestar atención a estos comentarios. Se que la gente los dice sin ningún tipo de maldad, así que la mayoría de las veces me limito a sonreír, sin más.
Pero confieso que hay algo que me dicen muy a menudo que me pone de bastante mal humor y es aquello de: “Si yo tuviera dinero también tendría tres hijos o más”.
Dejando a un lado los casos de familias con graves necesidades económicas, considero que culpar al dinero de no tener más hijos es, simplemente, una excusa (aunque tampoco entiendo que nadie tenga que poner excusas o dar explicaciones al hecho de tener o no tener más hijos…).
Tengo una amiga -que aún no es madre- que alguna vez me ha preguntado cuánto dinero se lleva anualmente un niño. Mi respuesta es clara: una vez cubiertas sus necesidades básicas, un niño se llevará lo que tú quieras que se lleve.
Y es que, por lo que veo, es bastante común pensar que para tener hijos hay que tener mucho dinero y de verdad que no es así. Obviamente cada familia tiene una escala de prioridades económicas perfectamente lícita y en la que nadie debería meterse, pero desde mi experiencia como familia de clase media con un único suelo y tres hijos puedo afirmar que donde comen dos, comen cinco o incluso más.
El otro día leía este artículo en ABC con el que me sentí tremendamente identificada. Lógicamente no me puedo comparar con esta familia de ocho hijos pero entiendo perfectamente cuando explican cómo puede llegar a estirarse un sueldo.
Planes banales para muchos son lujos para nosotros
En casa, ir al cine, a un parque temático o a comer fuera es un lujo que sólo hacemos muy de vez en cuando. Cuando sólo teníamos a mi Mayor, raro era el mes en el que no íbamos al cine una o dos veces. Película infantil que estrenaban, película a la que llevábamos al peque. Desde que la familia ha aumentado estos planes tan banales para muchos ya son catalogados de “lujo” para nosotros y es que en el momento en que una familia numerosa pone un pie en la calle, los gastos comienzan a dispararse.
Por ello, los fines de semana optamos por planes low-cost como obras de teatro o talleres que organiza el ayuntamiento de nuestro municipio, excursiones al campo, visitas gratuitas a museos o exposiciones para niños y parque, mucho parque que cambiamos en invierno por juegos de mesa y película con palomitas.
Generalmente, coincidiendo con nuestros cumpleaños, organizamos planes más llamativos para los que ahorramos durante mucho tiempo como por ejemplo, pasar el día en un parque temático o comer en un restaurante especial. Planearlo nos emociona a todos muchísimo y lo vivimos tan intensamente que lo disfrutamos, valoramos y aprovechamos al máximo.
Vacaciones una vez al año
Nuestras vacaciones son una vez al año, en verano. Nada de viajar en Puentes, Semana Santa o Navidad.
Tampoco nos solemos hospedar en hoteles, como hacíamos antes, ya que en muchos de ellos no se permite el alojamiento de cinco miembros en una misma habitación y las suites para familias numerosas tienen unos precios prohibitivos. Por ello preferimos alquilar un apartamento o casa rural, que además de ser la opción más económica, también es la más cómoda cuando se va con tres niños pequeños.
Camping Las Palmeras de Tarragona, o cómo disfrutar de unas vacaciones de ensueño
Cumpleaños y fiestas caseras
Es habitual asistir a fiestas de cumpleaños u otras celebraciones infantiles donde los padres no reparan en gastos. Para nosotros, en cambio, los cumpleaños, Bautizos y futura primera Comunión del Mayor, son fiestas que organizamos en casa, a base de tortillas de patata, empanadas, sándwiches, tarta casera, globos y decoración DIY. Si todo esto lo rodeamos de familia y amiguitos más allegados, el resultado para un niño es, simplemente, espectacular.
Mis hijos no han celebrado nunca un cumpleaños con pinta-caras, castillos hinchables, parques de bolas o monitores, pero se lo han pasado en grande haciendo guerra de globos de agua en nuestro pequeño jardín con sus amigos o mojando las patatas fritas en zumo de naranja, como hacíamos nosotros de niños.
No derrochamos en la compra
No cabe duda de que no es lo mismo alimentar dos bocas que cinco, y el momento de la compra puede ser uno de los mayores quebraderos de cabeza para una familia numerosa. Es importante hacer un buen barrido de los supermercados de la zona para identificar cual es el más económico, cuál ofrece mejores ofertas o que tal es la relación calidad-precio de sus marcas blancas.
Nosotros solemos comprar en varios supermercados distintos aprovechando diferentes ofertas. Por ejemplo, Hipercor suele lanzar con frecuencia ofertas en pañales Dodot, la marca blanca de Mercadona para productos de limpieza es la que mejor relación calidad-precio me ofrece, y en general, Alcampo, suele tener muy buenos precios.
Por otro lado, casi siempre opto por la compra online ya que me permite ahorrar mucho dinero al ver en todo momento lo que llevo gastado, además de evitarme la tentación de comprar ciertos productos innecesarios que simplemente echas en el carro porque captan tu atención en la estantería.
Para los productos frescos opto siempre por el comercio local donde la calidad es indiscutiblemente mejor que en las grandes superficies y donde además me asesoran sobre productos de temporada, ofertas del día o cualquier otro truco que abarate la compra.
También es importante cocinar de forma eficiente para no tirar ni un sólo gramo de comida, lo cual equivale a un ahorro importante.
Reciclar y reutilizar es clave
Mis hijos no estrenan ropa cada temporada y tampoco llevan prendas de marca. Si un pantalón ha quedado muy desgastado le compro unas rodilleras bonitas y le alargo la vida otro invierno más; si un vestido se le ha quedado muy corto a mi niña, se lo combino con unas mallas y le hago un conjunto precioso que la vestirá durante más meses; y si impepinablemente debo comprar unos zapatos, un abrigo o cualquier otra prenda, utilizo fechas señaladas como cumpleaños o Navidades para pedirlo como regalo.
Otro truco que utilizo para comprar ropa a mis hijos es el de aprovechar las liquidaciones por cierre o fin de temporada. De este modo, por ejemplo al finalizar el verano es cuando suelo aprovechar para comprar a mis hijos bañadores o ropa para en el verano siguiente. Sin duda la prenda que compro me sale muchísimo más económica que si la comprara en plena temporada y lo único que tengo que tener en cuenta es coger una o dos tallas más, ya que será usado dentro de un año.
También suelo estar atenta a las liquidaciones por cierre de algún comercio local. Sin ir más lejos, la pasada primavera compré a mis hijos varios pares de zapatos, botas y zapatillas para todo el invierno. Calzado de excelente calidad y a precio de fábrica. Un verdadero chollo.
En casa no tenemos televisión de pago, nuestro coche es muy normalito, no me tiño el pelo tanto como quisiera, ni voy a la última en moda. Obviamente hay que renunciar a cosas, echar cuentas, ajustarse el cinturón y quitarse de aquí o de allá. Pero tengo claro -como he dicho al inicio del post- que donde comen dos, comen cinco.
Y es que es increíble lo que un sueldo puede llegar a dar de sí poniéndole ganas, ilusión e ingenio 😉
Foto de portada | Pixabay
Suscribo cada línea. Y eso que me weyes mucho por aprender, pero lo veo exactamente como tú dices. Más claro, agua.
¡Besazo!
Logicamente cada familia tiene una prioridad distinta y lo que para unos es un gasto fijo e imprescindible, para otros no tiene porqué serlo. Creo que al final la clave está en detectar qué es lo realmente imprescindible y que no; y si hay algo de lo que no podamos o queramos prescindir, buscar si existen otras alternativas más económicas que nos permitan ahorrar dinero (por ejemplo, el tema de las vacaciones).
Esa es al menos mi visión.
Me ha encantado este post. La verdad que es totalmente cierto, te poner a tener unos gastos que crees que son necesarios pero ¿de verdad lo son?
Eso es! Y sobre todo consideramos “imprescindibles” cosas que no lo son, y lo mejor es cuando te das cuenta de que puedes prescindir perfectamente de ellas y encima te suponen un ahorro importante
Yo por ahora con un hijo y un sueldo tengo que hacer lo mismo: hacer la compra respetando la lista a rajatabla y comparando precios, rara vez comemos fuera, compramos ropa de rebajas y en Primark que es la mas barata que he encontrado, y para poder hacer un gasto X como vacaciones, navidad o simplemente el seguro de los coches hay que ahorrarlo muchos meses antes. Seguro que cuando llegue nuestro pequeño mas habrá que ajustar el cinturón, pero lo que está claro es que si quieres, puedes, y que compensa con creces el ajuste económico que hay que hacer.
¡Seguro que sí! Todo va a iros fenomenal! Siempre hay algo de lo que se puede arañar un poquito, siempre. Y poquito a poquito… ya se sabe 😉
No lo has podido describir mejor.
me alegra que te haya gustado. ¡Se que me entiendes! 😉
Tienes mucha razón, el gasto mas grande viene con el primer hijo donde se compra carro, cuna, ropa de cuna, bañera, trona, etc, cosas que podrás aprovechar con un segundo y tercer hijo.
Yo siempre he sido muy ahorradora, antes de ser madre, yo misma aprendí a pintar paredes, montar muebles, instalar lámparas y hasta desmontar cañerías, ¡hay tutoriales de todo!
Compro en rebajas y hago ruta por distintos supermercados y tiendas de barrio.
Me encantan tus planes low cost y las ideas que aportar para el ahorro, la mayoría ya las hago, las que no, me las apunto!
Aunque ya lo han dicho tal cual, de verdad que no podrías haberlo descrito mejor, en mi casa también entra un sólo sueldo y somos 4 y la verdad que trato de ahorrar en todo lo que puedo y sobretodo en la compra que es donde más se nos va, con la ropa hago como tú e intento estirarla lo que puedo y bueno, hay cosas en las que seguro que podría mejorar porque a veces se hace difícil la verdad, pero no tiene precio ver crecer a mis hijas, sobretodo a la pequeña que tiene casi 9 meses, ya que con la mayor cuando era bebé si que trabajaba fuera de casa y me perdí mucho, ahora soy super feliz estando con ellas en todo momento y siempre disponible. Hace alto más de 2 años y medio que decidimos que me quedase en casa y ha sido lo mejor para ellas, bueno en su momento para la mayor y para nosotros como familia, yo soy más feliz que nunca con éste modo de vida, mis hijas estan siempre atendidas por su madre y aunque a veces se me acumulen cosas en casa, está todo mucho mejor y más controlado jejeje. Vamos que para mí la mejor decisión, sólo espero que los gastos no nos puedan y tenga que ponerme a trabajar, aiishhhh. Besos!!
Muy de acuerdo con todo. Me encanta como escribes. Te sigo 😉
Buena descripción! La verdad es que todo esto, a los que venimos de familias numerosas, es “lo normal”, por lo que nos es mucho más fácil supongo adaptarnos como padres a formar una familia numerosa. De hecho, cuando nos casamos, y sin tener ninguna necesidad económica, siempre comprábamos las ofertas y 3×2, hasta que nos dimos cuenta que siendo solamente dos no hacía falta comprar en grandes cantidades…jajaja Ahora, después de 4 años siendo “familia normal”, volvemos a fijarnos en los 3×2, ofertas, y las rebajas para la ropa y el calzado.
Aunque, sin duda, la gran inversión para nosotros es el colegio. Es cierto que van a uno concertado, pero aunque fueran a un colegio público, los 150€ de comedor por hijo estarían ahí. Y, además, solamente el mayor empezará ahora P3 (primero de infantil), por lo que los otros dos aun están en etapa privada de guardería…. Un dineral, pues las públicas y municipales donde vivimos son mínimo 360€ cada uno.