La semana pasada vi una noticia en el telediario que me puso los pelos de punta aunque, por desgracia, no es la primera que veo algo similar. Una niñera golpeando y pateando sin piedad a una niñita de dos años. Los padres de la pequeña sospechaban de la actitud de la cuidadora y quisieron comprobarlo mediante una cámara oculta instalada en el salón de su casa. El resultado no pudo ser más aterrador.
Aunque quiero creer que este tipo de sucesos tan espeluznantes tienen lugar de forma muy aislada, ya han sido varios los casos que me he encontrado de cuidadoras poco o nada respetuosas con los niños que cuidan. A medida que mi hijo va creciendo y voy conociendo a más niñeras y cuidadoras que llevan y traen a compañeros suyos del colegio me hago la misma pregunta: ¿Sabemos realmente con quien dejamos a nuestros hijos en nuestra ausencia?
No hace mucho tiempo, en un paso de cebra presencié una escena que me dejó muy mal cuerpo. Una señora de nacionalidad extranjera al cuidado de dos niños pequeños atizó una sonora bofetada a uno de ellos cuando intentó zafarse de su mano para cruzar la carretera. El bofetón, seguido de una sarta de tacos hacia un niño de apenas 3 o 4 años, llamó la atención de todos los que estábamos alrededor que nos miramos sin saber muy bien qué hacer o decir. Los niños iban vestidos con el uniforme de un colegio de la zona y una señora testigo de lo ocurrido se personó en el colegio para dar cuenta al director de lo que acaba de presenciar.
Desconozco la respuesta que dio el colegio a la madre que fue a informar o si se tomaron cartas en el asunto informando a los padres de los niños de aquel incidente, pero aquel hecho me hizo preguntarme cómo sería realmente la vida de aquellos pequeños. ¿Habría sido esa bofetada y mala forma de hablar un hecho aislado o, por el contrario, un habitual en su día a día? Si delante de un montón de gente aquella mujer fue capaz de hacer eso, ¿qué no haría cuando nadie la viera?
Sé que hay niñeras realmente profesionales, cariñosas y respetuosas con los peques. A diario me encuentro con decenas de ellas en el cole, en el súper o en los parques y veo la complicidad en la mirada con los niños a los que cuidan y como éstos se lanzan a sus brazos cuando las ven. Así debería ser siempre. No cabe otra opción posible en la cabeza.
Sin embargo todos sabemos que, desgraciadamente, gente mala y poco profesional hay en todos los lados.
Tengo una amiga que hace tiempo me hizo la siguiente reflexión al respecto y me gustaría compartirla con vosotros para conocer vuestra opinión. Me dijo que la niñera que cuida a su hija se lleva gran parte de su sueldo. Es consciente de que podría encontrar a otra persona por bastante menos dinero pero quiere que quien se ocupe de su niña se sienta valorada, bien pagada y feliz con su trabajo. Ella cree que esto repercutirá positivamente en el buen hacer con su pequeña.
Por supuesto que nada, absolutamente nada, justifica la dejadez y el poco tacto en el cuidado de un menor y creo que hay que tener muy pocos escrúpulos para actuar mejor o peor con un niño en función del sueldo que se perciba por ello. Pero, por otro lado pienso que si nosotros mismos somos capaces de empeñarnos más o hacer un favor en determinados momentos si nos sentimos valorados y bien tratados en nuestras empresas, quizá lo que dice mi amiga no sea del todo descabellado…
¿Qué os parece a vosotros? ¿Cuáles son vuestras experiencias?
Qué triste suceso. Y lo peor es que esa falta de cariño y respeto la están recibiendo las nuevas generaciones en varios de los momentos más importantes de su vida,en su niñez. ¿Qué aprenden esos niños: que hay que pegar para conseguir lo suele quieran,abusar de su poposición de adulto cuando lo sean?
Es muy coherente el razonamiento de tu amiga. Nosotros hemos decidido renunciar s un sueldo y dedicarme yo en exclusiva s nuestros peques de 4 años y de 6 meses,todo el tiempo que podamos. Tenemos que “abrocharnos el cinturón”,pero vale la pena. Al menos tengo la.tranquilidad de compartir muuuchos momentos con ellos.
Gracias por tus posts Silvia. Sigo por aquí.
un besote
Mar, ya sabes que te entiendo perfectamente porque tu vida y la mía parecen vidas paralelas 😉 Yo también dejé de trabajar para ocuparme de mis hijos porque ni quería llevarles a la guardería con 16 semanas, ni dejarles con alguien desconocido. Hay que hacer muchas cuentas a final de mes pero a nosotros al menos nos compensa.
Yo debo tener un problema y es que no me fío de las personas ajenas a mi familia para el cuidado de los niño. esto de meter en casa a un extraño y entregarle a nuestros churumbeles sin más, se me hace del todo impensable. Un día escuché algo acerca de la confianza que hay que depositar en las personas que atienden a nuestros hijos, ya sean trabajadores en casa o en guardería. Preguntaban lo siguiente: 2¿Estarías dispuesto a entregar a esa persona todas las claves de tus cuentas bancarias y de tus tarjetas de crédito?”. Si la respuesta es sí, es que confías en ella lo suficiente como para que se encargue de tus churumbeles. Si la respuesta es que no, una de dos: o le das más importancia al dinero que a tus hijos o es que de verdad esa persona no se merece el 100% de tu confianza con lo cual, tampoco es válida para este cargo. Oye, y me hizo pensar mucho sobre este tema.
Yo soy como tú, nena, no confío ni de mi sombra para cuidar a mis hijos. Fíjate que es mi Mayor que ya tiene 5 años, y a veces me da por pensar en si le pasara cualquier cosa en el colé por no estar correctamente atendido… Pufff!
Fíjate que hasta que cuesta encontrar a alguien que me ayude con las tareas domesticas porque no me fío de cómo me vayan a cuidar y a limpiar el suelo con lo que no imagino con mis peques!
¿Seguro que esa mujer era la cuidadora y no la madre o la abuela? Lo digo porque a veces nos pensamos que ‘las cuidadoras’ son cuidadoras por ser de otra nacionalidad y a lo mejor resulta que son sus madres o sus abuelas, que eso no quita lo que cuentas, pero que luego ya en cada familia se cuecen muchas habas.
Por otro lado está el tema de meterse o no en ciertas actitudes de la gente, como la señora que fue a ”chivarse” del asunto al colegio, cosa que el colegio no debe meterse de puertas para a fuera proque no tiene competencia sobre ello, otra cosa es que quiera informar aunque tampoco debería, pues no sabe de quien viene las acusaciones o si son verdad o mentira.
Yo fui cuidadora y siempre fui bien valorada. De hecho la última familia se vio en la tesitura de que si no era yo la que cuidaba de sus niños no querían a nadie más y así fue.
No nena, diría que no era familiar casi con total seguridad. Los niños son rubios de ojos claros y ella es latinoamericana de piel oscura y cabello negro. Dudo mucho un parentesco.
Tienes toda la razón en lo que dices del colegio pero tampoco sé lo que fue a decirles. Quizá simplemente les contó lo que vio para que el colegio estuviera más alerta cuando la viera ocuparse de los niños… ¡A saber!
Es que es importantísimo saber a quien cogemos para cuidar a nuestros hijos por eso entiendo perfectamente lo que dices. Si yo tuviera que dejar a mis hijos al cuidado de alguien en quien tuviera absoluta confianza, cuidaría a esa persona como oro en paño para que no se me fuera y estuviera contenta con su trabajo.