Mi casa está llena de fotos; ya sean enmarcadas, en formato lienzo colgadas en las paredes o en álbumes. No concibo la decoración de un hogar sin las fotos de los instantes más bonitos, entrañables o importantes de la familia que lo habita.
Además, desde que soy madre doy mucha más importancia a las fotografías porque entre una instantánea obtenida en el mes de enero y otra en diciembre hay una diferencia bestial. Los niños cambian a la velocidad del rayo. Ese bebé regordete de mejillas sonrosadas deja de serlo en cuestión de pocos meses. Sus sonrisas desdentadas duran muy poquito tiempo y sus primeros pasos y esos entrañables instantes que nos dejan son tan efímeros que como nos descuidemos ya no los captamos.
Cuando nació mi Mayor me dediqué a hacer un álbum de fotos de cada trimestre que pasaba. Me emocionaba verlos una y otra vez y enseñárselo a la familia y amigos más cercanos. Pero cumplió los tres añitos, que ya los cambios físicos son menos significativos y se suceden de manera más lenta, pasé a hacer un álbum anual.
Cada año, por estas fechas, encargo mi álbum, mi tesoro… Una joya que recoge los mejores momentos del año que acaba… SIGUE LEYENDO
Finalidad » Gestionar los comentarios.
Legitimación » Tu consentimiento.
Destinatarios » Los datos que me facilitas estarán ubicados en los servidores de SiteGround Spain S.L (proveedor de hosting de Ser tri-madre: ¡toda una aventura!) dentro de la UE. Ver política de privacidad de SiteGround Spain S.L (https://www.Siteground.es).
Derechos » Podrás ejercer tus derechos, entre otros, a acceder, rectificar, limitar y suprimir tus datos.