Mi hija tiene verdadera pasión por los libros y eso es algo que me fascina pues no he vivido lo mismo con mi Mayor cuando era bebé. Me llama la atención que siendo tan pequeñita pueda pasarse horas con un cuento en la mano, pasando las hojas, señalando los dibujos o pidiéndonos a su padre y a mí que se lo leamos. A tal punto llega su obsesión por los cuentos que prefiere dormir con ellos antes que con cualquier peluche y si entramos a una librería se pone como loca de contenta queriendo tocar todo.
Como se pasa mucho tiempo en la habitación de su hermano, he creado un pequeño rincón de lectura para ella. Está en la parte más baja de la estantería para que pueda acceder a los cuentos siempre que quiera. Así que cuando mi Mayor está en su habitación leyendo, pintando o haciendo Legos, mi Pulguita se sienta a su lado, coge sus cuentos y cada cual a lo suyo. ¡Muero de amor viéndolos tan calladitos y concentrados! 🙂
Leer libros a los bebés es una de las actividades lúdicas más divertidas y entrañables que los padres podemos hacer con nuestros hijos. Según la Asociación Americana de Pediatría, este simple hecho conlleva además un sinfín de beneficios y ventajas para el bebé entre las que destacaría una temprana y correcta adquisición del lenguaje. Y es que los libros y las historias que en ellos se cuentan son la mejor forma de mostrar a un bebé el mundo que nos rodea. Obviamente ellos no van a comprender lo que les leemos pero nos escucharán atentamente y las modulaciones y tonos de nuestra voz les estimularán y ayudarán posteriormente en el habla.
Mientras les leemos es aconsejable que les vayamos mostrando las ilustraciones (cuanto más coloridas y llamativas sean, mucho mejor) señalemos los dibujos y palabras, acentuemos y pongamos énfasis en determinadas frases y, sobre todo, les acerquemos los libros dejándoselos tocar.
Por ello es importante que los libros que leamos y manipulemos sean adecuados a ellos y que les sirva, al mismo tiempo, para desarrollar y estimular el sentido del tacto gracias a los materiales con los que estén fabricados. En el mercado existen diversos tipos de libros para bebés: de tela, de plástico (ideales también para el momento del baño), de gomaespuma, de cartoné o con ilustraciones en 3D y sonidos que sin duda despertarán su atención.
A medida que los bebés vayan creciendo es recomendable que dejemos los libros a su alcance para que ellos mismos puedan experimentar y jugar con ellos cuando lo deseen. Si permitimos que los bebés y los niños de corta edad tengan un fácil acceso a los libros acordes a su edad, estaremos fomentando en ellos un futuro interés por la lectura aparte de incluir, de forma totalmente natural, tan preciado tesoro en su día a día.
Al mío, ni puzles ni libros ni nada que no sea 100% físico….puff, con lo que me gusta a mí leer! Intento trabajarlo con él, pero es que no es capaz de estarse quieto, es superior a él! Supongo que cada niño es un mundo!
Cada niño es diferente. La mía pequeña se entretiene mucho con los cuentos y dibujando (bueno, mas bien haciendo rallajos en el papel, jejeje) pero no creo que llegue a ser como su hermano cuando sea un poco más mayor porque ya de por sí ves que es una niña muy “física” y que no para quieta.
Ya ves: dos hermanos, criados de la misma forma y tan diferentes…