Hace algunas semanas vivimos un gran susto con Pulguita; uno de esos que te cortan la respiración y te desgarran el corazón. El primer gran susto desde que somos padres. En aquel momento me di cuenta de que todo puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos y de que, por mucha atención que se ponga, los peques son siempre imprevisibles.
Estaban mis niños jugando en el parque. Mi marido ayudó a Pulguita a subir a lo alto de un tobogán y se giró un segundo para ayudar a mi Mayor. En ese momento… ¡zas! Mi pequeña dio un mal paso y cayó a plomo desde una altura de 1,60 m golpeándose con fuerza en la cabeza. Un golpe seco. Brutal. De esos cuyo sonido sordo se te queda grabado en el alma. Un impacto contra la tierra del parque que nada ni nadie llegaron a amortiguar.
Y de pronto… silencio. Mi niña no llora ni dice nada. Se pone en pie aturdida, con los ojos abiertos de par en par, confundida y con la mirada perdida. Si acaso un leve gimoteo casi imperceptible que asombra dado el golpe recibido. Camina inestable y enseguida nos damos cuenta de que algo no va bien. Tratamos de llamar su atención para arrancarle algunas palabras, e incluso el llanto, pero solo obtenemos silencio. Mi pequeña parece ausente.
No queremos asustarla con nuestro nerviosismo y a pesar de que la examinamos bien y no vemos chichón, ni brecha, ni nada que físicamente nos llame la atención, decidimos llevarla de inmediato a Urgencias porque nos extraña su falta de atención y su ausencia de llanto y palabras.
Ya en el coche los vómitos comienzan y mis miedos se disparan.
En cuanto entramos por la puerta de Urgencias advertimos a gritos lo que ha ocurrido y en seguida salen varios médicos a nuestro encuentro que cogen a mi niña en volandas y la pasan a un box. Varios sanitarios rodean la camilla comprobando tensión arterial, reflejos, pupilas, pulso…Y yo mientras tiemblo como una hoja sin poder controlar el llanto. Oigo sus voces, hablan en su jerga, experimentan con mi niña… ¡y por fin arranca a llorar!
La ponen en el suelo y su caminar es inestable. Cada leve movimiento le hace vomitar y caer.
Deciden hacerle un escáner cerebral: es muy pequeña y el golpe ha sido brutal.
Una hora después nos dan los resultados y, por fin, podemos relajarnos. No hay rotura de cráneo, ni hemorragias, ni hematomas. “Tan sólo” un severo traumatismo craneal. Todo ha quedado en un horrible susto que jamás olvidaremos. Aún así, mi niña queda hospitalizada hasta que los vómitos cesan y su respuesta a estímulos se va haciendo cada vez más palpable.
Golpes en la cabeza en niños
Los golpes en la cabeza son una de las principales causas de visita a urgencias pero, afortunadamente, en la mayor parte de los casos no revisten gravedad. Aun así, ante un golpe en la cabeza de un bebé o niño pequeño, debemos ser muy precavidos y consultar con un médico si tenemos cualquier duda u observamos un comportamiento anómalo en el niño.
Os dejo este enlace de la revista Ser Padres donde explica fenomenal los tipos de golpes que hay, sus consecuencias y la forma de proceder al respecto.
Hoy miro a mi niña, inquieta como siempre, aventurera, intrépida e independiente y no puedo creer que hace tan sólo 20 días viviéramos semejante experiencia. Por suerte (o por desgracia) ella no lo recuerda y sigue sin ver el peligro en muchos de sus actos. Pero a mí el tembleque aun me dura y se que por muchos ojos que ponga sobre ella no estará exenta jamás de riesgos y eso es algo que me parte el alma…
Cuando te he leido se me han puesto los pelos de punta. Este verano mi primo de 12 años cayó desde un tejado de 6 metros. Pensamos lo peor porque tampoco reaccionaba. Finalmente solo se rompio un brazo. Fue un dia horrible, todavia por la noche me viene su imagen tirado en el suelo. Lo bueno es que podemos estar felices de q todo salió bien. Un saludo!
Ay mi nińa! Por Dios, qué susto!!
A mi también me han dado algún susto de salir corriendo a urgencias pero no tan gordos. Y los sobrinos, también, menos mal que sólo quedó en eso y no hay secuelas.
BESOS!!
Madre mía… Qué susto!! Y es que nos puede pasara todos y en cualquier momento…lo siento. Un beso y disfruta de tu preciosa familia, que todo está bien.
Me ha dado mucha angustia sólo de leerte. Es que si me toca vivir algo así me da un pasmo a mí.
Me alegro de que todo quedase en un gran susto.
Besos
Uffff, chica, yo viví algo similar con mi peque cuando tenía 8 meses, pero desde menos altura, su carita, su color, todo, cambió, lo que tú dices, un muñeco de trapo….
llamé al 112, me fui al hospital y allí mientras esperábamos volvió un poco en color y reaccionó al fin, los minutos mas largos y desesperantes de mi existencia, creí que se me iba para siempre, así que puedo hacerme una idea de lo que habéis vivido, qué miedo!! te he leído a toda velocidad deseando llegar al final para leer que pulguita está trotando alegre como siempre.
Besos
Gracias a Dios que ha quedado en un susto. Cuando nació mi niño pequeño la mayor tenía 18 meses, no tenía ayuda de la familia de ninguna de las dos partes, mi marido trabajaba hasta tarde. Yo tb tuve un susto, y desde ese día decidí que nunca más iría al parque sola con una niña tan pequeña y un recién nacido que cuando le daba el pecho tenía que hacerlo depie detrás de la niña corriendo a todas partes.
Cogí a una chica que me ayudaba con la mayor a ir al parque, mucha gente me crítico, sobretodo de mi entorno, en plan; no se apaña con los dos ni para ir al parque, pero a mi me dio muchísima tranquilidad y me resbalaron los comentarios.
Menos mal que tu mayor es un hombreton que ayuda y que es consciente de todo.
Me alegro de que todo haya salido bien!