Uniforme escolar, ¿sí o no?

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El inicio de curso suele llevar aparejado dos temas que suscitan polémicas y opiniones encontradas: el uniforme escolar y los deberes.

Hoy quiero dar mi opinión acerca del uso del uniforme escolar que siempre ha estado muy presente en mi vida; primero como alumna de un colegio donde exigían uniforme y ahora como madre, por lo que puedo dar una doble visión del tema.

Como alumna he de decir que a pesar de haber llevado uniforme me considero una persona totalmente normal, sin complejos ni traumas. A menudo se alude que el uso del uniforme coarta la libertad del individuo, anula la personalidad y fomenta las desigualdades sociales y la sumisión. Me vais a perdonar pero creo que jamás he leído tantas chorradas juntas.

¿Coarta la libertad?

Coarta la libertad del individuo y fomenta la sumisión: ¿es que la libertad se ciñe exclusivamente al vestir? Jamás he tenido la sensación de no ser una persona libre porque tuviera que ponerme cada día la misma ropa, es más, esta afirmación me parece una absoluta falta de respeto hacia las personas que verdaderamente viven su vida con la libertad coartada por motivos realmente importantes y serios. Es cierto que no podía elegir el pantalón o la falda que quería ponerme (aunque debo ser muy “simple” porque jamás me planteé este hecho como un problema) pero podía elegir el peinado, la mochila y el estuche, la merienda del recreo, los zapatos o mi ropa de fin de semana.

En cualquier caso considero que éstas son elecciones banales y que la libertad de la persona se demuestra en hechos mucho más importantes y transcendentes que estos.

¿Anula la personalidad?

O sea, ¿que los millones de personas en el mundo que usan uniforme en sus puestos de trabajo (jueces, policías, médicos, bomberos, trabajadores de fábricas, mecánicos, guarda forestales, azafatas y pilotos, deportistas…) son gente carente de personalidad? Volvemos al punto anterior: ¿Es que la personalidad sólo se demuestra en el vestir?

En cualquier caso, y por mucha personalidad que nuestros hijos quieran demostrar en el vestir, el día de mañana es más que probable que tengan que guardar unas formas, por ejemplo, en el trabajo. Si tienen que ir con chaqueta y cobarta, si se les prohíbe ir en bermudas o chanclas, ¿también se estará anulando su personalidad?

¿Fomenta las desigualdades sociales?

Nos guste o no vivimos en una sociedad de contrastes y eso no sólo se demuestra en el vestir o en los complementos que se lleven.

Estudié BUP y COU en un instituto público donde cada uno vestíamos como queríamos y jamás he visto tanta desigualdad social como en aquellos años. Alumnos que iban a clase en sus motos frente a los que lo hacían a pie (a pesar de tener que recorrer varios km de distancia), compañeros que celebraran multitudinarias fiestas en sus flamantes chalets individuales frente a los que no tenían ni para comprarse un bocadillo a media mañana, chicas de 16 y 17 años que paseaban su ropa de marca por los pasillos frente a los que siempre llevaban la misma sudadera de hacía cinco o seis temporadas…

Esto jamás lo vi en mi etapa escolar. Precisamente el hecho de llevar uniforme nos hacía a todos iguales y jamás supe de los recursos económicos de mis compañeros como sí lo supe el primer día que pisé el instituto.

Lo que más me gusta del uniforme

Como madre de un alumno con uniforme he de decir que estoy más que encantada con ello por varios motivos:

  • Primero por la comodidad que me supone organizar la ropa del colegio para toda la semana. No tengo que preocuparme en combinar ropa o en lavar y planchar a destajo un montón de conjuntos para cada día de la semana. Por no hablar de lo cómodo que resulta el hecho de que cada mañana, y desde hace ya tres años, sea mi hijo quien se vista solo y sin ayuda. Él ya sabe lo que tiene que ponerse cada día y yo no tengo que preocuparme de que se le antojen combinaciones imposibles o indumentarias poco apropiadas. Para fomentar su creatividad en el vestir ya tenemos los fines de semana en los que no hay prisas, ni horarios.
  • Por mucho que se diga lo contrario, el uniforme supone un ahorro importante a las familias. Puede que, efectivamente, un chándal escolar sea más caro que otro comprado en cualquier tienda de ropa, pero la calidad suele ser mejor por lo que dura más tiempo y el hecho de tener que usarlo durante toda la etapa escolar hace que las madres nos busquemos las habichuelas para dar a esa prenda la mayor vida posible. Si a mi hijo se le rompe un pantalón lo más probable es que le acabe comprando otro y listos, pero si lo que se le rompe es el pantalón del colegio, miro si tiene arreglo, busco unas rodilleras que tapen el agujero o, a las malas, lo convierto en pantalón corto para el verano. ¡Cualquier truco es valido para alargar la vida del uniforme escolar!

La ropa que le compré a mi hijo cuando comenzó Primero de Infantil, le ha durado tres años. Metiendo y sacando bajos, cortando, parcheando o remendando todo tiene solución y puedo asegurar que ninguna otra ropa le ha durado a mi Mayor tanto tiempo. Por lo que, a la larga, el ahorro económico es más que notable.

Y por encima de todo está el sentimiento del niño. Mi hijo jamás me ha dicho que no quiere llevar uniforme como yo tampoco se lo dije a mi madre porque, simplemente, no sentía que aquello fuera un lastre. Y es que a veces somos los adultos los que damos demasiadas vueltas a un tema que en los niños no genera ningún tipo de problema o frustración. Por tanto, y desde mi experiencia: ¡sí al uniforme escolar!

7 comentarios en «Uniforme escolar, ¿sí o no?»

  1. Pues yo creo que cada uno hace lo que quiera y tus razones son válidas como las que más. Yo llevé hasta los seis años uniforme y cuando cambiamos de ciudad le pedí a mi madre que eligiera uno en el que no se llevase.

    Sí se notan las desigualdades sociales, pero en los otros también. En el cole de mi hija (el año que viene las cambio a público) diferencian bastante los iños que llevan estuches de marca de los que no, los que llevan el euro solidario de los que no, los que hacen aportaciones de los que no. Al final la ropa es una cosa más. Yo siempre iba en chándal y es verdad que las niñas se compraban ropa cada dos por tres y yo la heredaba de vecinas, tías, primas… hasta que aprendí a tunear.

    No sé, el uniforme es una cosa más. Como mis hijas se visten solas y eligen su ropa (cosa que me cuesta un mundo respetar, jajaja) tampoco sería una carga para mi y ellas siempre tiran a ponerse una camiseta y un pantalón o un vestido.

    No veo polémica ni cosas raras. Y te aseguro que los adolescentes del cole de Nora saben como tunearse el uniforme, jajaja.

    Un besete!!!

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  2. Yo no creo que el uniforme reste libertad a las personas ni favorezca las desigualdades, precisamente al revés. A mí me parece que hay mucha más diferencia, o ésta es más apreciable si las personas van cada una con la ropa que se puede permitir económicamente. Además me parece práctico saber qué te pones de lines a viernes y facilita la colada ya que los colores son siempre los mismos.

    Por cierto, te dejé un premio en mi blog:

    http://demilapizypluma.blogspot.de/2015/09/premio.html

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  3. Primero que todo es muy respetable la opinión que cada quien tenga.

    En lo particular creo que el uso de uniformes es una muy buena forma de que los estudiantes se identifiquen mejor con su escuela, así como permite identificar a los chicos no solo en el colegio, sino en la calle, que para mí en una forma de seguridad incluso para ellos. Por otra parte en mi ver ayuda mucho en la economía de los padres, pues las prendas de uso diario o de calle no es estropean más por el ajetreado ritmo escolar y no es lo mismo pagar una vez al años unas pocas prendas o una incluso a varias durante el año.

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