La figura de los abuelos en la infancia

A menudo leo o escucho historias terribles de relaciones entre abuelos y nietos donde las faltas de amor, de respeto y pasotismo de unos hacia otros son las grandes protagonistas. Un abuelo debe ser una figura referente para los niños; alguien a quien respetar, en quien confiar y a quien admirar por su sabiduría, consejos y experiencia pero, por desgracia, no siempre es así.

Mi hijo tiene la inmensa suerte de disfrutar de sus cuatro abuelos y de verles muy a menudo porque vivimos en la misma ciudad. Para él, cada uno de ellos tiene un rol y una característica especial y pasa las horas encantado en su compañía. Además, los cuatro son todavía muy jóvenes así que no dudan ni un momento en echar carreras con él, tirarse al suelo a jugar, hacer guerra de pistolas de agua, bañarse en la piscina… ¡Para el peque son grandes compañeros de aventuras!

Como madre, lo que más agradezco de los abuelos es su plena y absoluta disponibilidad para acudir siempre que les necesito. Me basta con descolgar el teléfono para que cualquiera de ellos se presente en cualquier situación, hora y lugar. Aunque nunca he sido partidaria de cargar a los abuelos con la crianza y educación de los nietos, reconozco que viene muy bien tener un apoyo en situaciones en las que ni haciendo encaje de bolillos podríamos organizarnos.

Sin embargo a veces hay situaciones – que seguro que se producen con la mejor de las intenciones- que pueden llegar a crispar a los padres.

El otro día hablaba con una amiga de lo alborotado que se pone su peque cada vez que va a casa de los abuelos: comidas a deshoras, chucherías durante toda la tarde, siesta en el peor momento, juegos con la wii cuando en su casa se lo tienen prohibido, saltos en la cama o en el sofá…

Quizá por la necesidad de querer asumir el papel de “abuelo perfecto y divertido”, muchos no se muestran dispuestos a acatar ciertas normas, disciplinas y horarios que los padres les pedimos a pesar de que, curiosamente, seguro que no dudaban en hacerlo con sus propios hijos.

Aunque no veo mal que se salten las normas de vez en cuando (para eso tienen el título de “abuelos”) creo que los abuelos deberían ser una prolongación de los padres y actuar con los peques con el mismo criterio con el que ellos actuarían. Sólo así el niño entenderá que las normas que sigue en casa debe seguirlas allá donde vaya y que los valores que sus padres le tratan de inculcar van acordes a los que ve en el resto de la familia.

Y vosotros, ¿qué opinais al respecto? ¿Deberían los abuelos poder hacer lo que quisieran con los nietos o amoldarse a las reglas que les impongan los padres? ¡Interesante debate! 🙂

2 comentarios en «La figura de los abuelos en la infancia»

  1. Si, estoy de acuerdo, las normas caseras deberían ser respetadas en otro lugares, aunque los abuelos y tíos pueden ser menos rígidos que los padres en horarios y comidas, pero acatando las normas puestas por los padres.

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