Caídas, golpes, cortes, rozaduras, atragantamiento, mordeduras de animales, fracturas, fiebre, asfixia, quemaduras, heridas, intoxicación, traumatismos, etc. Estos son algunos de los accidentes que pueden sufrir los más pequeños de la casa. La mayoría de veces no tienen mayor importancia, alguna caída o herida de fácil curación, pero otras veces suponen situaciones de emergencia que hay que saber gestionar, pues el cuerpo de los niños es muy delicado y por ello las medidas a tomar son muy importantes, y aún más saber proceder como es debido. Acudir a alguna clase de primeros auxilios infantiles (en general, tener nociones de primeros auxilios es muy útil y necesario) es la mejor manera de practicar y de aprender a gestionar las situaciones de crisis, pero he aquí algunos procedimientos a llevar a cabo en caso de emergencia infantil:
BOTIQUÍN
Sobre todo cuando hay niños en casa, el botiquín tiene que estar siempre al día, pues nunca sabemos cuándo puede ocurrir algún accidente. Es importante llevarlo también durante los viajes, además de contener todo lo imprescindible: termómetro, paracetamol e ibuprofeno (para casos de fiebre o como calmantes de dolores), antihistamínicos para las alergias, antitusígenos para la tos, calmantes de las irritaciones de la piel, tiritas, desinfectantes para las heridas (agua oxigenada, yodo), gasas, vendas, esparadrapo, suero fisiológico para lavados oculares y nasales, pomadas para quemaduras, tijeras, pinzas y repelente de insectos. Revísalo cada cierto tiempo y repón aquello que se ha acabado o ha caducado.
REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR BÁSICA
La reanimación cardiopulmonar consiste en suministrar oxígeno a los pulmones del niño (respiración boca a boca) y en mantener la sangre circulando (compresiones cardíacas). En caso de que el niño no respire o no disponga de latidos cardiacos hay que colocarlo cuidadosamente bocarriba, levantarle la barbilla con el objetivo de abrirle la vía respiratoria e inclinarle la cabeza hacia atrás. Cerramos su nariz con los dedos y cubrimos su boca con la nuestra con el fin de aplicarle dos insuflaciones (cada una debe durar un segundo y conseguir que el pecho del niño se levante). A continuación hay que colocar una mano en el esternón (debajo de los pezones) y otra en la frente, de manera que apliquemos presión sobre el pecho del niño. Hay que realizar 30 compresiones sobre el pecho de manera rápida y fuerte permitiendo que el pecho se levante completamente. Repetir la operación varias veces hasta conseguir que el niño vuelva a respirar y la sangre comience a fluir.
EN CASO DE ATRAGANTAMIENTO
En caso de que un objeto o cuerpo extraño obstruya la vía aérea del pequeño, lo cual es bastante frecuente porque la curiosidad de los niños hace que se lo lleven todo a la boca, hay que realizar la maniobra de Heimlich con el fin de que no se produzcan mayores complicaciones.
Lo primero es animarlo a toser para que él mismo expulse el objeto, pero hay que evitar darle golpes en la espalda o intentar extraerlo con los dedos, pues podemos provocar que la obstrucción sea mayor. La maniobra de Heimlich consiste en abrazar al niño desde atrás, colocando los brazos por debajo de las axilas y entrelazando las manos en la boca del estómago con el fin de realizar cinco compresiones bruscas. En caso de que el pequeño tenga menos de un año, hay que colocarlo bocabajo, con la cabeza más inclinada que el cuerpo, y dar cinco palmadas entre las escápulas. Seguidamente le damos la vuelva y realizamos cinco compresiones en el pecho sobre el esternón con dos dedos. Si no respira, habrá que hacerle la respiración boca a boca.
Para saber que tus hijos están en buenas manos, te recomendamos que les dejes en manos de las niñeras profesionales que hay en Zaask. Podrás elegir entre varias la que más confianza te transmita, de esta manera, podrás estar seguro de que ningún accidente será peligroso para tus hijos.
Autor del texto: Zaask
Imágenes: Pinterest
Muy interesante y está genial recordarlo de vez en cuando.
Bs