
Antes de tener a mi niña, cuando leía otros blogs en donde planteaban el dilema ¿pendientes sí o no? me solía mostrar partidaria del sí.
Soy una persona coqueta y precisamente los pendientes son uno de los complementos sin los que jamás salgo de casa. Me parece que aportan mucho brillo y mucha luz a la cara y que bien combinados con la ropa pueden darte un look muy acertado y diferente para cada ocasión. A esta forma de ser se une además un miedo paralizante hacia todo aquello que huela a inyecciones, batas blancas o dolor así que siempre he agradecido profundamente el que mi madre tomara la decisión de hacerme los agujeros de las orejas nada más nacer porque de habérmelos tenido que hacer yo probablemente no lo hubiera hecho nunca, por muchas ganas que tuviera.
Por ello siempre creí que cuando tuviera una niña lo mejor sería seguir con ella el mismo camino que mi madre tomó conmigo porque probablemente me lo agradecería en un futuro.
Pero en esto que nace Pulguita y la idea de los pendientes que siempre había tenido tan clara empieza a tambalearse. Cuando miro su piel perfecta, su carita sonrosada y esas orejitas tan blanditas y diminutas me invade una sensación de malestar y culpabilidad al pensar en ponerle pendientes. Me la imagino llorando a pleno pulmón, siendo sujetada por la farmacéutica para poder taladrarle la orejita y con el consiguiente sofoco de después y se me hace un nudo en la garganta.
Pero por otro lado escucho decir que cuanto más tarde se hagan los agujeros más les duele y pienso que si se los hago ya quizá me lo agradezca en un futuro y, de nuevo, me surge la duda.
El otro día una amiga me aconsejaba ponerle los pendientes cuanto antes porque era más sencillo que se los quitara el día de mañana si no le gustaban a que le tuviera que hacer los agujeros con cierta edad. Ella optó por no ponérselos a su hija y con 4 años la niña se los pidió. Veía a todas sus amiguitas con pendientes y se enrabietó con su madre por no tenerlos ella también. Así que se fueron a la farmacia y, según me contó mi amiga, fue un auténtico show. Salió con un agujero sí y otro no porque no hubo forma. La niña lloró, pataleó y hasta vomitó del berrinche. “Si puedes hazle los agujeros ahora, que no se enteran”, me decía.
Lo de que “no se enteran” no me gusta emplearlo porque los bebés son seres humanos, no rocas, por lo que sí se enteran y les duele, como al resto, pero sí que es cierto que al no ser conscientes de lo que les están haciendo el dolor se pasa antes, se olvidan y son fáciles de consolar.
Al menos eso veo que ocurre con las vacunas. A pesar de los picotazos de las inyecciones y de llorar muchísimo durante unos segundos, en cuanto la cojo en mis brazos y la pongo a mi pecho se calla de inmediato y parece como si nada hubiera ocurrido.
Así que ahí me hayo. Debatiendo si pendientes sí o no mientras miro y remiro la cajita con los pendientes de oro que ya le han regalado.
Yo no se los pondría. En alemania no está permitido hasta que las niñas tienen ya una cierta edad y mi prima quiso ponérselos y así lo hizo, claro que le dolió pero tienen que entender que fue su decisión y sabía que dolería. En cualquier caso, la última decisión la tienes tu ya que ella no se puede expresar, jijiji!
Al final se los puse y resultó ser mucho más light de lo que creía, jajajaja. Un par de lágrimas y después ni acordarse. Salió de la farmacia haciendo pedorretas y sonriendo. La verdad es que puedo entender que haya países como Alemania o Francia donde no sea costumbre pero de ahí a prohibir me parece una tremenda exageración.
Te cuento mi experiencia: a mí mi madre no me los hizo. Y yo me los hice con 18 años,ya que antes no sentí la necesidad. Tenía el pelo largo y no se notaba que no los llevaba. Hay más formas de ser coqueta,tranquila.
Es una pena verlas sufrir por algo estético. ¡Mucha suerte con la decisión!
Pues al final se los hice y no fue para tando. Soltó un par de lágrimas tras la perforación pero se calló enseguida. Salió de la farmacia haciendo pedorretas y sonriendo a la chica que se los había hecho 😉
Yo era de pendientes no. A mi me los hicieron tarde, con 5-6 años, creo, y desarrollé una alergia a todo lo que me ponga.
Mi marido… Quería ponerles pendientes. Y así lo hicimos. Tras las primeras vacunas, les pusimos pendientes. La petite no lloró, creo que ni se enteró. Cuando sean grandes, si ellas no quieren ponerse pendientes, adelante, se les cerrará el agujero, o se les quedará que apenas se les nota. Pero si quieren seguir llevándolos, ya tendrán el agujero y no tendrán que sufrir por hacerse el agujero. Claro, siempre y cuando no decidan hacerse un segundo o tercer agujero…
Besos especiales.
Yo creo que tu opción es mucho más lógica que al contrario, desde mi punto de vista. Si dejamos los agujeros para cuando son más mayores es probable que desarrollen algún tipo de alergias, aparte de ser más conscientes del dolor (llegando a anticipar incluso ansiedad y nervios) y dolerles más porque el cartílago se va endureciendo con el paso del tiempo. Si no quieren pendientes es más sencillo quitarselos y que el agujero se cierre a no tener que hacer los agujeros con cierta edad.
A mi hija se los hicimos con 3 semanas de nacida. Estaba dormida cuando la pediatra se las perforó (con el mismo arete)…exageraría si te digo que abrió los ojos, cuando mucho estiro los bracitos y siguió durmiendo.
Ahora tiene tres años y es feliz cambiándose los aretes al personaje de moda. Los ha tenido de princesas, hello kitty, animalitos, etc. etc., no me arrepiento en lo más mínimo en haberlos hecho tan pronto.
Es que cuanto más pequeños yo estoy convencida de que menos les duele porque el cartílago es más blandito. Aún así al final se los hice a mi peque y fue todo fenomenal. Lloró un pelín pero llora mucho más con las vacunas, por ejemplo
Yo pienso igual que Marta. Ya no es sólo si quieren o no quieren hacérselo en el futuro, sino que, si se los hacen más tarde es posible que la piel reaccione a cualquier material y les haga daño.
Mi pensamiento, si tengo una hija, es hacérselos. Como bien dices, es un pinchazo y el dolor se va rápido con distraerla. Cierto es que siendo nuestra pensamos en lo mucho que les va a doler y sufrimos antes de tiempo, pero es posible que no se entere o que no sea para tanto como lo imaginamos y todo se solucione fácil.
Pienso que es mejor que los tengan y que ellas decidan si se ponen pendiente o no. Por ponerte un caso, mi madre misma los tiene hechos, pero nunca se pone pendiente porque en el día a día le molestan. Eso si, cuando tiene un evento siempre se pone pendiente.
Yo soy como tu, no puedo salir de casa sin pendientes, pero tengo la libertad de quitármelos cuando lo necesito. Ese es el juego que yo creo que da el tenerlos hechos.
Eso si, la decisión final debe ser tuya y del papá, sin presiones de nadie más. Besos!
Ay si! Yo sufrí un montón! Eso de tenerla que sujetar los bracitos y la cabeza para que no se moviera (por su bien) me supo fatal y me angustié mucho, pero tras el primer agujero y ver que casi no lloró me tranquilicé. Luego un poco de teta y asunto arreglado!
Yo se los hice a la bichilla con 3 semanas, porque los casos de adultos que se los hicieron ya de mayores han sido siempre dolorosos (infecciones, rechazos, alergias y finalmente cierre del agujero). Tengo que contar mi experiencia en el blog, pero ya te digo que mi bichilla soltó un solo llanto ¡que se pone mucho más enfadada cuando la teta se le sale un segundo de la boca!
Jajajaja! Tiene carácter la bichilla 😉 Al final se los hice a la mía dos días después de escribir el post y fue muy bien. Un poco de berrinche pero con teta después se calmó enseguida y tan linda ella!
Yo ni me lo planteé, directamente se los hice a las 3 semanas, me la puse al pecho mientras le hacían los agujeros y solo se encogió un poquito al sentir el pistoletazo pero siguió mamando, tan tranquila 🙂
Al final se los hice y tenías razón, no fue para tanto. Iba un poco rebotada porque la despertamos y creo que por eso lloró algo más pero aún así fue mucho más light que las vacunas y encima está preciosa!
Yo no puedo aconsejarte mucho pues he tenido un niño, pero siempre he pensado que si tuviera una niña se los pondría de pequeña por las razones que han contado otras madres antes. A mi me los pusieron de recién nacida, en el hospital, y que sepa no tengo ningun trauma por ello.
Pero siempre la última decisión: los padres.
Al final le hice los pendientes y no fue para tanto! De haberlo sabido no le habría dado tantas vueltas al tema, jajajaja
Ayy qué dilema!!!