Hace tiempo que he finalizado el primer trimestre de embarazo y cuando lo comparo con el embarazo de mi hijo veo la gran cantidad de diferencias que hay entre ambos, tanto en el plano físico como en el emocional.
EL TIEMPO
Con mi primer embarazo mi única preocupación era mi bebé, y por consiguiente yo. Los momentos libres que tenía al día los dedicaba a mimarme, relajarme y a conectar con el bebé que llevaba dentro. Con el embarazo de mi pulguita tanto ella como yo hemos pasado a un segundo plano. Es cierto que no he perdido la perspectiva de mis limitaciones físicas impuestas por mi nueva condición, pero no he podido dedicarme tantos momentos como con en el primero. Ahora mi prioridad es mi hijo y no concibo dejarle en un segundo plano para dedicárselo a mi embarazo. Quizá por ello este embarazo se me está pasando a toda velocidad. Con mi hijo veía transcurrir lentos los meses y ahora veo el mes de enero a la vuelta de la esquina (¡espero decir lo mismo cuando la tripa no me deje ni caminar!)
MALESTAR FÍSICO
Con este embarazo las náuseas están siendo insoportables. Náuseas que me dejan fuera de juego, que me agrian el carácter y que no logro mitigar. Aún hoy, a mitad del segundo trimestre continúan haciendo acto de presencia. Las náuseas que tuve en el embarazo de mi hijo fueron fuertes pero, ni de lejos, similares a estas en intensidad y duración.
Los dolores de espalda y riñones han aparecido mucho antes que con mi primer embarazo. Por la morfología de mi útero cargo todo el peso en el lado derecho y eso me “destroza” (literalmente) las lumbares y la espalda. Mientras que con mi hijo comencé a combatir los dolores en el séptimo mes con fisioterapia y drenajes linfaticos, ahora he debido empezar varios meses antes a cuidarme, si quiero poder llegar al final del embarazo caminando mínimamente erguida.
EN EL PLANO ANÍMICO
Anímicamente, y como ya he manifestado en post anteriores, no estoy pletórica. Así como en el embarazo de mi hijo a pesar del miedo fui capaz de emocionarme desde el primer minuto y conectar con mi bebé, en el embarazo de mi pulguita no está siendo así. Por suerte cada vez son menos frecuentes mis momentos de ansiedad y miedo pero por desgracia siguen ahí y quizá eso esté haciendo que no logre conectar con este bebé de la misma forma que en su día lo hice con mi peque.
Dos embarazos distintos. Dos sensaciones muy diferentes.
Creo que el factor sorpresa, la emoción por asistir a cada nueva ecografía y la intensidad de cada nuevo paso que iba dando marcarán, por siempre, mi primer embarazo. Ahora, por las circunstancias personales que vivo, he perdido (o guardado en un cajón) esa capacidad de emoción y aunque las sensaciones físicas sean diferentes espero poder encontrarla y disfrutar pletóricamente de los meses que aún me quedan por delante.
Ánimo y felicidades!!!!!!!
¡Gracias linda!
Jo Silvia, supongo que es normal. Cuando perdí mi primer embarazo tenía serias dudas sobre si con el siguiente conseguiría emocionarme o si viviría mi embarazo miedosa y con ansiedad. Los primeros momentos los viví con cautela pero según la cosa iba avanzando me fui dejando llevar. Eso no quita que tenga ciertos temores como casi todas las embarazadas, en mi caso por un parto prematuro o un retraso en el crecimiento de mi peque pero por el momento estoy tranquila y me encanta vivirlo así. Ya bastante hemos tenido que pasar y estamos pasando para no permitirnos un poco de felicidad, que esto solo dura 9 meses. Un abrazo
¡Tienes toda la razón! Yo a diario me hago la siguiente reflexión: ¿Quién me dice que este embarazo no será mi último embarazo? ¡Pues a disfrutarlo con alegría porque puede que nunca más se repita!
Nada como la primera vez y en la maternidad no iba a ser diferente. El amor por los hijos es lo que no cambia, pero si la novedad, la sorpresa de tantas sensaciones, físicas y emocionales. las primeras compras como primeriza, aprender de repente todo tipo de cosas, productos, estudiar carritos…
Ahora tienes a un peque a tu cargo, tiene que ser distinto un embarazo siendo ya mamá, pero eso no quita que esté lleno de nuevas primeras veces distintas que ya nos irás contando. Disfruta de esta nueva manera
(a mí me ha pasado al principio como a Ser educadora, que tras la pérdida de mi bebé el siguiente positivo me produjo mas miedo que felicidad, y pensé…. qué bonita es a veces la inocencia y la ingenuidad en ciertas cosas…).
Qué bonita tu reflexión! Es cierto que para todo hay una primera vez y en los segundos o terceros embarazos también porque este bebé no tiene nada que ver con m hijo y también se merece “sus primeras veces”
Hola madreaventura,
Te felicito porque soy mamá de una niña que una vez te conté que es un torbellino q está en los terribles 2 años y aunque es mi mayor felicidad a veces me agobia y me deja sin energias, y soy de las que pienso que para tener dos hijos hay que ser valiente. A veces siento unas terribles ganas de volverlo a intentar, pero me desanimo cuando pienso si aún con la primera no vez la luz al final del túnel y me digo por ahora no podrás. No pierdo las esperanzas de intentarlo nuevamente, pero aún no estoy 100% segura.
Me identifico contigo cuando cuentas sobre tu primer embarazo, yo también lo vivi muy intensamente, cada cambio, cada sensación. Me observaba, me mimaba, tenia a la vez tanto miedo.
Ser madre es una gran aventura!!
Saludos cordiales,
¡Y además que sí que lo es! Me imagino la tremenda aventura que debe ser ser madre de dos, jejejeje :-). Mucho ánimo! El momento llegará!